El ‘meme’ de Bernie Sanders, un negocio millonario

Dos personas se toman una foto junto a un mural del senador Bernie Sanders en Culver City, California.
Dos personas se toman una foto junto a un mural del senador Bernie Sanders en Culver City, California.CHRIS DELMAS / AFP

A los oportunos que alcanzaron a comprar la sudadera con la imagen de Bernie Sanders abrigado hasta las orejas en la investidura de Joe Biden les aparece una advertencia al finalizar el pedido online: el despacho puede tardar entre seis y ocho semanas debido al exceso de demanda. Cuando las pusieron a la venta el miércoles pasado se agotaron en menos de media hora. El fin de semana el equipo del senador socialista volvió a ofrecer la sudadera por 45 dólares (37 euros) en la página oficial y agregó camisetas por 27 dólares (22 euros). El lunes ya no quedaba rastro de la mercancía, pero sí de las cuantiosas ganancias. El equipo de Sanders informó este miércoles que recaudaron 1,8 millones de dólares, un monto que será destinado a organizaciones benéficas de su natal Vermont.

La fotografía tomada en la jura de Biden activó rápidamente un ejército de creativos de internet que la convirtieron en cientos de memes que volvieron viral. El senador, que aparece sentado de brazos cruzados con una gruesa chaqueta, unos guantes tejidos y su tapabocas, se convirtió desde un personaje en el sofá de la serie Friends hasta parte del grupo de científicos de la Conferencia Solvay de 1927. “Jane [la esposa] y yo quedamos asombrados con toda la creatividad de tanta gente durante la última semana, y estamos contentos de poder usar mi fama en Internet para ayudar a los habitantes de Vermont que lo necesitan”, afirmó Sanders en un comunicado.

Una parte del dinero recaudado irá a Meals on Wheels, un programa que ofrece comidas nutritivas a ancianos y personas con capacidades diferentes en hogares sociales. Otra irá a Feeding Chittenden, el banco de alimentos más grande de Vermont y una última a Chill Foundation, una organización que intenta reintegrar a los jóvenes en la sociedad a través del deporte en nieve. Sanders ha advertido que si bien celebra la cantidad de dinero recaudado en su página, esta “no sustituye” al trabajo que pueda hacer en el Congreso. “Haré todo lo que pueda en Washington para asegurarme de que los trabajadores de Vermont y de todo el país obtengan las ayudas que necesitan en medio de la peor crisis que hemos enfrentado desde la Gran Depresión”, apuntó.

No solo la página web del veterano senador ha generado ganancias con fines benéficos a raíz de su imagen. Tobey King, una mujer de 46 años residente de Texas, tejió un mini Bernie a crochet, con su mini chaqueta verde militar, unas mini manoplas y una mini mascarilla. Cuando la imagen de Sanders se viralizó, decidió poner a la venta el muñeco en eBay. El objeto se iría al mejor postor. El precio final fue de 20.300 dólares, un monto que eBay duplicó con el fin de aportar a la causa, y el precio total ascendió a 40.600. El esposo de King perdió su trabajo debido a la pandemia, y desde entonces ella ha estado vendiendo muñecos de lana e hilo para ayudar a su familia.

En 2016, cuando Sanders perdió las elecciones primarias contra Hillary Clinton, una profesora de escuela primaria de Vermont le regaló al senador unos guantes tejidos por ella. Cuatro años después, le llegó una avalancha de solicitudes para que replicara esos guantes. Eran miles de seguidores del excandidato presidencial que querían cubrirse las manos con las mismas manoplas que todo el mundo vio en las redes sociales tras la investidura. Pero la maestra Jen Ellis ya no tejía guantes y tampoco se mostró dispuesta a renunciar a su trabajo para responder a los pedidos. “Soy profesora y soy mamá, y todo eso me mantiene muy ocupada. No hay forma posible de que pueda hacer 6.000 pares de manoplas, y cada vez que entro en mi correo electrónico, tengo pedidos de varios cientos de personas”, narró a Jewish Insider.

Las marcas de la ropa que llevaba Sanders aquel día festejaron la publicidad gratuita. La explicación del senador, sin embargo, puede no haber sido la mejor reseña. “En Vermont nos vestimos para no pasar frío, no nos preocupa la moda”.


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