El Gobierno de Cuba advirtió a la canciller colombiana, Claudia Blum, sobre un supuesto atentado por parte de una facción del Ejército de Liberación Nacional (ELN), considerada la última guerrilla activa en el país andino. “Nuestra embajada en Colombia recibió una información, cuya verosimilitud no podemos evaluar, acerca de un supuesto ataque militar por parte del Frente Oriental de Guerra del ELN”, sostiene el memorando que se conoció este lunes, firmado por el embajador de la isla en Bogotá, José Luis Ponce.
El diplomático también señala que advirtieron sobre esa información a la delegación negociadora del ELN que permanece en La Habana en una posición de ruptura de conversaciones con el Gobierno de Iván Duque. La misiva no da más detalles y se limita a afirmar que esa delegación “expresó total desconocimiento y reiteró la garantía de que no tiene ningún involucramiento en las decisiones militares u operacionales de la organización”. La misión de verificación de la ONU en Colombia también recibió una copia de la carta, pero declinó hacer comentarios sobre el tema.
De raíces católicas y admiradora de Ernesto Che Guevara, la guerrilla del ELN tiene una estructura federada que complica un proceso de negociación. La persecución de la cúpula negociadora que permanece en la isla puede favorecer el ala militar y a las facciones más reacias a entablar un diálogo, han advertido varios analistas.
“El grupo ELN es calificado como terrorista por el Gobierno colombiano”, señalado también así por Estados Unidos y la Unión Europea, reiteró la noche de este lunes el recién posesionado ministro de Defensa, Diego Molano, en una declaración desde la Casa de Nariño. “El Gobierno quiere reiterar que hay una decisión firme desde hace varios años, desde cuando inició la Administración del presidente Duque, de desmantelar este grupo como el único mecanismo para prevenir que actúe con sus actos terroristas en diferentes regiones del país”.
El memorando se conoce en medio de crecientes tensiones entre los gobiernos de Bogotá y La Habana. El deterioro de las relaciones se remonta hasta la ruptura del diálogo con el grupo guevarista luego del atentado contra una escuela de cadetes en Bogotá que causó 22 muertos, perpetrado por el Frente Oriental de Guerra en enero de 2019, cuando Duque cumplía su primer semestre en el poder. Como ya lo había hecho con las negociaciones que llevaron al acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC, Cuba albergó las conversaciones con el ELN. Amparada por los protocolos de ruptura, la isla se ha negado a extraditar a la cúpula negociadora de la guerrilla, un gesto que ha irritado al Ejecutivo de Duque, que ha llegado a calificarlo como “actos hostiles”.
La campaña diplomática de Colombia también motivó, al menos parcialmente, la designación de Cuba como un Estado patrocinador del terrorismo por parte de Estados Unidos en los últimos días de la Administración de Donald Trump. Esa decisión entorpece los planes del presidente Joe Biden con La Habana y ha provocado diversas reacciones.
El antecesor de Duque, el expresidente Juan Manuel Santos, respaldado por el grupo de líderes mundiales reunidos en la organización The Elders, solicitó hace una semana al mandatario estadounidense que revoque esa designación. Sus principales negociadores en los diálogos con las FARC, Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo, ya habían defendido el papel de Cuba como garante del pacto y advirtieron el mes pasado que lo que está en juego no es solamente un eventual acercamiento con el ELN o las relaciones de Washington con La Habana, “sino la posibilidad misma de llevar a cabo negociaciones de paz”.
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