Beatrice Borromeo, periodista y aristócrata, también esposa de Pierre Casiraghi, hijo pequeño de Carolina de Mónaco es una apasionada de la moda, las causas sociales y la ecología. La italiana, que también ha trabajado como modelo será la nueva imagen de Christian Dior. Cuando entró en la familia real monegasca abandonó en parte su profesión, ahora con este nuevo proyecto, vuelve a la primera línea. La firma francesa ha argumentado que Borromeo refleja una feminidad plural para la directora de la marca, Maria Grazia Chiuri, que la considera un “icono de elegancia”.
La periodista, que ha firmado varios documentales, además de ser un flagelo en Italia para Silvio Berlusconi en su época como primer ministro y para la mafia, destaca también por su elegancia. A menudo es aplaudida la elección de su vestuario en cualquiera de sus actos oficiales con la familia real de Mónaco, y Dior suele ser una de sus firmas de cabecera, tanto para el tradicional Baile de la Rosa, como para otros eventos públicos. En la imagen de campaña, luce una imagen muy informal con pantalón y camisa, zapatillas negras y un pañuelo a modo de diadema en el pelo. El vínculo entre la maison de la moda y la casa real monegasca es amplio y se remonta a la época de Grace Kelly, que lució un vestido de la marca diseñado especialmente para ella durante su baile de compromiso con el príncipe Rainiero en el Waldorf Astoria de Nueva York en los años cincuenta.
Beatrice Borromeo, de 35 años, siempre ha reivindicado su independencia personal y profesional y ha tratado de mantener su vida privada apartada de los focos. Combativa en temas políticos y sociales, gran parte de su carrera la ha desarrollado en prensa y televisión con investigaciones sobre la mafia. Pertenece a una influyente familia aristocrática del país transalpino. Es hija de Carlo Ferdinando Borromeo, conde de Arona, y de Paola Marzotto, hija de la diseñadora Marta Marzotto y del conde Umberto Marzotto, heredero de una importante dinastía industrial del sector textil en Italia. Creció rodeada de moda y arte. Cuando cumplió diez años, su abuela le regaló un cuadro de Giovanni Boldini para que comenzara a coleccionar obras de arte y a apreciar la belleza de la pintura. Con 19 años concedió una entrevista al diario Il Corriere della Sera en la que se declaraba atea y de izquierdas y además cargaba contra Berlusconi. También definió la monarquía y la aristocracia como algo anacrónico. Poco después el periodista y productor televisivo Michele Santoro la fichó para su programa de debates de la televisión pública italiana, la Rai.
Borromeo ha confesado que con el paso del tiempo ha dulcificado su ánimo combativo. “Hace poco, en una cena había una señora que estaba en contra de que las mujeres lucharan por la igualdad salarial. En el pasado, hubiera saltado enseguida, pero esa vez me dije a mí misma que me olvidara de ello, es alguien que no ha hecho nada en su vida, sería un desperdicio de energía”, ha relatado en una entrevista con Vanity Fair.
Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo se casaron en 2015 en una ceremonia civil en Mónaco, y una semana después, en Italia, celebraron un oficio religioso de corte más formal y suntuoso en las Islas Borromeas del lago Maggiore, de donde procede el ilustre apellido de la periodista. Durante el confinamiento, la pareja se trasladó con sus dos hijos a una granja en el sur de Francia, donde disfrutaban de la naturaleza y cuidaban de sus animales, cabras, ovejas, vacas y caballos, como ella misma relató al diario L’Officiel Monaco. “Hacemos queso, pan y cultivamos el huerto, soñamos con convertirnos los más autosuficientes posible”, señaló la italiana. Borromeo también colaboraba con organizaciones humanitarias para repartir mascarillas, entre otras cosas.
Comparte con su esposo la pasión por el campo y el medioambiente. Casiraghi cedió su embarcación en una ocasión a la activista contra el cambio climático Greta Thunberg para llevarla hasta Nueva York para que participara en la Cumbre sobre la Acción Climática, ya que la joven evita los traslados en avión para no contaminar. Con el diario de esa experiencia, Borromeo creó un libro para niños, El Capitán Papaia y Greta, la pequeña guerrera que quería cruzar el Océano. “Contar a los niños estas aventuras puede influir en su comportamiento futuro. Sensibilizarlos es y será siempre un beneficio para todos nosotros”, describió entonces Borromeo. Y también relató una experiencia con uno de sus hijos: “Hace tiempo, mirando la hierba que crecía en el campo, me dijo: ‘La tierra está fría’ y puso una manta sobre la hierba, para calentarla”. Y agregó: “Los niños nos recuerdan constantemente que debemos hacer más para mejorar el mundo que nos rodea”.
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