“Frentes Políticos”, en Excélsior:
“Cuando los votos en la elección en EU favorecieron a Joe Biden, los pesimistas presagiaban un estallido irreparable. Pero no ha sido así. Contrario a sus expectativas, ni choque ni congelamiento de relaciones. El mandatario estadunidense afirmó que Estados Unidos y México son ‘iguales’ y prometió trabajar en estrecha colaboración. ‘En la administración Obama-Biden nos comprometimos a ver a México como un igual, no como alguien que está al sur de nuestra frontera’, dijo. ‘Somos iguales’. Un buen inicio: el viernes, el secretario de Estado, Antony Blinken, se reunió con el canciller Marcelo Ebrard, y ayer la conversación de Biden con Andrés Manuel López Obrador se dio en un tono cordial y de cooperación. Hay amistad bilateral. Nuevamente. Aunque a algunos les duela”.
“Templo Mayor”, en Reforma:
“Señor Biden, a lo mejor usted no lo sabe, pero los mexicanos son bien guadalupanos, pero también juaristas. Parece broma, pero más o menos así empezó Andrés Manuel López Obrador el diálogo que sostuvo con el presidente norteamericano, de acuerdo con la transcripción dada a conocer por la Casa Blanca. Seguramente Joe Biden debe haber quedado un poco confundido, pues solo en el saludo el presidente mexicano lo mismo le habló de cuánto mide la frontera, que de lo estratégico de la relación bilateral… hasta del dictador ¡Porfirio Díaz!”.
“Bajo Reserva”, en El Universal:
“La reunión de los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, nos comentan, se extendió media hora más de lo planeado. El encuentro virtual entre los dos mandatarios estaba acordado para durar 45 minutos, pero se alargó a una hora y 15 minutos. La charla arrancó a las 15:57 y concluyó a las 17:12, nos reportan. Nos aseguran que los temas de mayor polémica en este momento, energía y seguridad, no se tocaron y que la conversación se centró en migración, cooperación frente a la pandemia y cambio climático”.
“Trascendió” en Milenio:
“La reunión entre Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador salió mejor de lo esperado, entre otras cosas, porque la Casa Blanca trae el plan de relanzar Norteamérica como una región que compita frontalmente con China y, a diferencia de Donald Trump, cuya acción iba hacia la desindustrialización mexicana, la nueva visión pasa por el corredor Ottawa-Chiapas, la supercarretera de comercio TLC que tanto molestaba al magnate, y por eso se revivió el Diálogo Económico de Alto Nivel de América del Norte”.
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