ASUNCIÓN – Miles de paraguayos volvieron este sábado a las calles de Asunción, por segundo día consecutivo, para pedir la renuncia del Gobierno de Mario Abdo Benítez, y prometieron seguir movilizados hasta conseguir una convocatoria de nuevas elecciones.
A diferencia de la concentración del viernes, que terminó en enfrentamientos entre la policía y los ciudadanos, este sábado, los asistentes a la convocatoria marcharon de forma pacífica por el microcentro de Asunción, desde el Congreso hasta la sede del Partido Colorado, pasando por el Panteón de los Héroes.
El grito unánime era la dimisión del presidente, del vicepresidente, Hugo Velázquez, y de todo el Gabinete del actual Gobierno.
Desde el inicio de la concentración en el Congreso, los manifestantes ya coreaban las peticiones de renuncia del presidente, al que asocian con la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), ya que su padre fue su secretario privado, y repitieron en varias ocasiones “¡Marito, basura, vos sos la dictadura!”.
Para muchos paraguayos, muchos de los males que arrastra el país, como la corrupción, la falta de desarrollo o las carencias en educación y sanidad, son producto de las décadas de gobiernos colorados que encadena el país desde la dictadura, a excepción de una legislatura en la que gobernó la oposición.
Mientras los manifestantes desfilaban hasta la sede del Partido Colorado, el presidente anunciaba cambios en su Gabinete para tratar de descomprimir la crisis y hacer ver a los paraguayos que escuchaba sus reclamos.
Es visto como el comienzo de una nueva etapa para el desarrollo tecnológico del país suramericano que ayudará a mejorar la gestión y planificación de respuestas a problemas terrestres.
Los asistentes a esta segunda jornada de protestas marcharon ajenos a los cambios prometidos por el mandatario, que dejan fuera al jefe del Gabinete Civil, Juan Ernesto Villamayor, a la ministra de la Mujer, Nilda Romero, y al ministro de Educación, Eduardo Petta.
Frente a la sede del Partido, los manifestantes lanzaron papel higiénico y gritaron “¡Dictadura nunca más!”, además de hacer algunas pintadas en sus muros, antes de regresar de nuevo al Congreso.
Las protestas en Paraguay arrancaron como expresión ciudadana por el descontento con la gestión de Abdo Benítez durante la pandemia de coronavirus, bajo la sombra de la corrupción y con escasez y falta de medicamentos e insumos médicos en los hospitales.