Los mosaicos de una de las mejores criptas de España duermen en cajas

Vista de la grava que ocupa el lugar de los mosaicos hasta que estos vuelvan a su ubicación original, en el Antiquarium de Sevilla.
Vista de la grava que ocupa el lugar de los mosaicos hasta que estos vuelvan a su ubicación original, en el Antiquarium de Sevilla.PACO PUENTES / EL PAÍS

El Antiquarium de Sevilla, un conjunto arqueológico que recorre la historia de la ciudad desde el siglo I al XIII, se abrió en 2011 con la musealización inacabada. Una década más tarde, 35 de los 46 mosaicos romanos hallados durante la excavación, el 65% en superficie, permanecen guardados en cajas en un almacén. El espacio, gestionado por el Ayuntamiento de Sevilla, no tiene conservador y cinco de los mosaicos que quedaron in situ se están deteriorando porque no se han restaurado. En esa cripta, una de las mejores de España, se hallaron 650 metros cuadrados de bellos mosaicos, más de la mitad de los 1.109 metros cuadrados que se conservan en la vecina ciudad romana de Itálica. Sin embargo, el museo solo exhibe 230 metros cuadrados, el 35% del total. Este espacio, lleno de huecos cubiertos con grava en espera de recuperar los ricos diseños de teselas con los que los decoraron hace un milenio, duerme empolvado a la sombra de Las Setas, el gran proyecto arquitectónico que se ha sumado a los iconos urbanos de la ciudad en la céntrica plaza de la Encarnación.

“Como cripta urbana sería la mejor del país si se hubiese completado su musealización. Es la más importante por sus dimensiones, su diversidad funcional, su duración en el tiempo y por el estado de conservación de sus estructuras. Además de por su perceptibilidad, es decir, la facilidad que tiene el público para entender el entramado urbanístico de una manzana de casas romanas que van del siglo I al VI y que conserva también, a una cota superior, una vivienda almohade del XIII”, afirma Fernando Amores, el arqueólogo que dirigió las excavaciones de 2003 al 2010.

El responsable del Área de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz, entona el mea culpa por la situación en la que se encuentra el Antiquarium: “En una ciudad con tanto patrimonio, reconozco que hemos tenido otras prioridades que han demandado recursos importantes. Pero nuestra intención es convocar un concurso en abril para la redacción de un proyecto de musealización. Estamos trabajando junto a la Delegación de Patrimonio [del Ayuntamiento] para iniciar un expediente que determinará el estado en que se encuentran los restos arqueológicos, identificar sus patologías, corregirlas e incorporar los mosaicos que quedan por poner. Este año podemos comenzar a hacer algo; pero cuando sepamos cuál es el presupuesto necesario podremos incorporarlo a nuestras cuentas desde el arranque de 2022”.

La cripta, que dispone de dos salas de exposiciones temporales, acoge también representaciones teatrales, montajes que necesitan cambios en la iluminación que realizan técnicos que tienen que pisar los restos sin la supervisión de un conservador, figura que nunca ha existido en el museo desde su apertura. Según Amores, además del problema de la humedad —que afecta especialmente a los mosaicos que no se han tratado— los cinco que se restauraron y permanecen en su lugar original, así como otros dos que se conservan en paneles laterales están cubiertos de polvo y necesitan una limpieza que debería realizar un restaurador. Al estado de las piezas se suma el escaso mantenimiento. De los 17 monitores que se colocaron en 2011 solo quedan siete, y cuatro de ellos no funcionan. Las pantallas estropeadas han ido retirándose ante las quejas del público, en lugar de repararlas.

El Antiquarium, que llega hasta los ocho metros por debajo de la cota actual, ha sacado a la luz ocho casas de Hispalis con sus patios de los siglos II al VI; una factoría de salazón del siglo I, en la que se hacía hallec, una salsa con restos de pescados del estuario del río Betis más barata que el apreciado garum; una fábrica de lucernas y el hospitium de los Delfines, una especie de club social con un triclinium (comedor) de 110 metros cuadrados. “Más grande incluso que los de las domus de Itálica y del cual solo se restauró una parte porque era la más urgente, ya que estaba sobre la tubería del drenaje del agua. Mientras que la otra, al igual que otros cinco mosaicos, se dejaron tal y como aparecieron. Esto es lo más urgente porque la humedad y los desniveles del terreno hacen que se creen unas pompas que acaban por romperse y se pierden las teselas. Además, los bordes no están consolidados y se deshacen”, advierte Amores, quien también realizó el expediente para la creación de la Colección Museográfica Municipal de Sevilla, en la que está incluida este espacio.

Las obras del Metropol Parasol (2005-2011), un diseño del arquitecto alemán Jürgen Mayer con una gran estructura-escultura de seis parasoles gigantes de 29 metros de altura sobre un mercado de abastos conocida como Las Setas, permitieron excavar un solar de 5.000 metros cuadrados en el centro de Sevilla. Una oportunidad de oro para la arqueología, ya que nunca antes se había podido estudiar un espacio tan grande en el corazón de la ciudad, cuyo fruto superó las expectativas, de forma que el Antiquarium se incorporó al gran proyecto municipal.

La complejidad de la construcción de las grandes estructuras de madera del Metropol Parasol, impulsado para recuperar el mercado de abastos de la plaza de la Encarnación, hizo que el presupuesto inicial, de 54 millones de euros, casi se doblara, hasta llegar a 102. El criticado proyecto estrella del entonces alcalde, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, incorporó la creación del Antiquarium gracias al Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo (Plan E), creado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, para hacer frente a la crisis de 2007, lo que condicionó que las obras tuvieran que realizarse en un plazo de seis meses para acogerse al plan.

“Un lugar inapropiado, con mucha humedad”

Durante las excavaciones se hallaron 46 mosaicos romanos, de los cuales solo 12 están expuestos. Los 34 restantes se restauraron y se guardaron primero en un almacén municipal, donde estuvieron hasta 2018. “Un lugar inapropiado, con mucha humedad y junto a un aparcamiento del que desaparecieron algunas piezas”, precisa el arqueólogo.

Según la Ley de Patrimonio Histórico Andaluz de 2007, los mosaicos, como todo lo que aparezca en el subsuelo, es de dominio público y está bajo la tutela de la Junta de Andalucía; por lo que todos los elementos que no están colocados en el Antiquarium se han trasladado al almacén del Museo Arqueológico de Sevilla, de la Consejería de Cultura, en San José de la Rinconada, a la espera de volver al lugar para el que fueron concebidos, a las casas de los romanos que prosperaron en tiempos de Trajano y Adriano. “Desde la Consejería de Cultura y Patrimonio no se ha contemplado la posibilidad de urgir al Ayuntamiento para que finalice la musealización. No pediremos que retiren los mosaicos porque el Consistorio no tiene aún un proyecto”, precisó un portavoz de este departamento.


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