Una campeona del mundo te enseña a regatear como tus ídolos

Paloma Pujol recrea los mejores regates de la historia del fútbol español.

Auténticos magos del balón han pisado los terrenos de juego a lo largo de los más de 90 años de historia de LaLiga. Con sus regates han puesto de pie a millones de espectadores, en el campo o a través de la televisión. Son futbolistas que han dejado su sello para siempre en LaLiga Santander y LaLiga SmartBank, ya sea porque han repetido un movimiento muchas veces o porque se han inspirado en el momento menos pensado. ¿Sabes cómo se hace cada una de las fintas más míticas en la historia de LaLiga? La freestyler más famosa de España te lo enseña.

Los regates de Paloma

¿Cuáles son estos movimientos que han hecho historia en LaLiga? La lambretta de Djalminha, que el brasileño realizó jugando para el RC Deportivo ante el Real Madrid en el 2000; la culebrita macheteada de Mágico González en el Cádiz CF; la famosa bicicleta de Ronaldo Nazário; la ruleta de Zidane; el regate de Caminero que rompió a Nadal, en 1996 en un Atlético de Madrid-FC Barcelona; la mítica croqueta de Andrés Iniesta y la joaquininha, que Joaquín, centrocampista del Real Betis, hizo en 2007 jugando para el Valencia CF. “Hacerlos en el parque no es tan difícil, aunque me cueste más que todos los trucos que hago en el aire, lo complicado es intentarlos en un partido, en el momento justo y ante miles de personas”, apunta Pujol.

Paloma Pujol (1987, Querétaro, México) comenzó a jugar al fútbol a los ocho años con un equipo de chicos porque en su pueblo, Tequisquiapan, no había chicas que lo hicieran. “Nosotras teníamos que pedir una pelota, a los hombres se las regalan al nacer. Teníamos que decir: ‘Quiero jugar al fútbol”, cuenta una de las primeras freestylers profesionales de España, que llegó a Madrid en 1999, a los 12 años. “Venía de otro país y mi madre quería que estuviera a gusto, así que me buscó un equipo de chicas”, recuerda. “Y yo pensaba: ‘España mola un montón”.

Ya instalada en Madrid, dando vueltas por el parque del Retiro a principios de los 2000 descubrió a un grupo haciendo piruetas con una pelota de ganchillo, una actividad conocida como footbag. Y se lanzó. Entrenó tanto, tanto, que en 2005 se convirtió en campeona del mundo de la modalidad, logro que repetiría otras cuatro veces. Al mismo tiempo, seguía jugando al fútbol. Pero una lesión en la rodilla la alejó definitivamente de los campos grandes. “Mi vida cambió gracias a ello”, cuenta feliz. Tuvo más tiempo para sus piruetas y cambió la bola de ganchillo por la pelota de fútbol convencional. Se convirtió así en freestyler, una acróbata del balón, mientras trabajaba en un bar por las tardes.

Entrenaba entre dos y cuatro horas prácticamente a diario en distintos sitios de Madrid. “Tengo una oficina en cada plaza de la ciudad”, dice. Los policías ya la conocían, le daban los buenos días y se quedaban viendo el espectáculo. La calle era su escaparate. La empezaron a llamar para dar exhibiciones o enseñar sus trucos a niños. Y llegó a pisar el césped de las estrellas. La primera vez que entró a un estadio de los grandes coincidió con el debut del Atlético de Madrid femenino ante el Madrid CFF en el Wanda Metropolitano, en marzo de 2018, frente a 22.000 espectadores. Luego lo haría también en estadio de LaLiga Santander el Reale Arena de la Real Sociedad, en el Nuevo Los Cármenes del Granada CF o en el Camp Nou del FC Barcelona.

El freestyle y el fútbol no tienen mucho que ver. En uno tienes “libertad para hacer lo que quieres”, pero en el campo “hay que marcar goles y dar un buen espectáculo”. Pujol aceptó el reto de recrear para EL PAÍS algunas de las fintas más famosas de la historia del fútbol español.

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