Seat prevé fabricar 500.000 vehículos eléctricos en Martorell

Seat gestiona la información de su proyecto de electrificación de la compañía y de su planta de Martorell (Barcelona) con cuentagotas. Este lunes ha dado un nuevo paso al anunciar que prevé lanzar un modelo eléctrico en 2025 y que para ese año, pretende fabricar medio millón de unidades eléctricas en su factoría. No obstante, ha subrayado que la asignación de ese modelo está todavía por confirmar desde el cuartel general de Grupo Volkswagen, en Alemania. Será, si se materializa, un modelo pequeño —del tamaño del Arona—, eléctrico, con un precio de entre 20.000 y 25.000 euros y lo comercializará a través de Cupra, la marca de alta gama del fabricante español. Así, da a entender que la matriz, la marca Seat, seguirá centrada todavía en motores de combustión e híbridos.

La compañía mantiene que su compromiso de fabricación es firme, pero que aún quedan una serie de pasos por concretar. Básicamente, “un nítido compromiso” del Gobierno español y de la Unión Europea, según ha señalado hoy el presidente de Seat, Wayne Griffiths, quien ha vuelto a poner deberes al Ejecutivo. En una rueda de prensa, ha sostenido que no será posible sacar adelante sus planes si antes no madura el mercado español de vehículos eléctricos y no se potencia la red de recarga. Sobre el primero, la compañía demanda que este año se vendan en España más de 100.000 vehículos eléctricos puros (propulsados por baterías), lo que supondría más que duplicar los 39.000 del año pasado, para lo cual ha reclamado ayudas públicas a la compra. En la segunda cuestión, pide acelerar la implantación de puntos de recarga públicos para alcanzar este año los 28.000, cuando actualmente España solo cuenta con 8.000 puntos.

“Si queremos construir coches también se tienen que poder vender en España. Necesitamos una oferta asequible y en la fase inicial es esencial que el Gobierno haga accesible esa movilidad, apoyándola no solo con incentivos a la compra, sino con puntos de recarga”, ha defendido el presidente de Seat.

Pese a las demandas, continúa en el alero la misma incógnita: dónde se construirá la fábrica de celdas de baterías que alimentará las necesidades de Martorell cuando ya fabrique eléctricos. Griffiths, consciente de la batalla territorial por esa inversión, solo ha desvelado hoy una cuestión que parecía lógica: que la planta de ensamblaje de esas celdas en el pack que acaba instalado en el vehículo estará “muy cerca” de la planta de Martorell. En la misma población o en Barcelona.

Griffiths ha detallado que la compañía prevé fabricar en Martorell vehículos para Cupra, Volkswagen, Skoda y posiblemente Audi. Y que ese medio millón de vehículos podría crecer en el horizonte de 2030, incluso para que las instalaciones barcelonesas solo se ocupen del ensamblaje de vehículos eléctricos, de forma que se pueda mantener la capacidad de empleo actual.

La decisión de que el eléctrico pequeño recaiga sobre Cupra, que ya se encargará este año del lanzamiento del Born (primer eléctrico total de la compañía), genera controversia especialmente en la plantilla, que temen que se acabe restando peso a Seat. Griffiths ha señalado que esta marca continúa siendo “el negocio nuclear”, pero que “hay que marcar prioridades”.

Además del Born y el pequeño utilitario en 2025, Cupra lanzará en 2024 otro eléctrico, el Tavascán, el todocamino más ambicioso de la compañía, que, en este caso, no se fabricará en Martorell. La marca Cupra es una de las bases para ganar rentabilidad (sus vehículos son de mayor poder adquisitivo) y la principal plataforma para reducir emisiones y evitar las multas de la Unión Europea, que el pasado año supusieron una carga para la compañía de 260 millones de euros.

Esas sanciones y el desplome del mercado por el impacto de la covid-19 supuso que Seat perdiera 194 millones de euros, frente a los 346 millones de beneficios en 2019. El resultado operativo fue también negativo, de 418 millones, después de que la cifra de negocios volviera a quedar por debajo de los 10.000 millones de euros (9.974 millones). Griffiths ha explicado que prevé retomar los beneficios este año, con el “break even” (punto en que los ingresos igualan a los costes) en el primer trimestre.


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