Agosto de 2019. San Cibrao, una parroquia costera del municipio de Cervo (Lugo), celebra la fiesta marinera de A Maruxaina. La cita congrega los días 9 y 10 a una muchedumbre que desborda los urinarios públicos. Decenas de mujeres y hombres se retiran a un discreto callejón para resguardarse de miradas ajenas mientras orinan. Para ellas, aunque lo ignoran, el escondrijo no es tal. Las imágenes de sus rostros y partes íntimas, solo las de ellas, están siendo recogidas por varias cámaras ocultas para ser colgadas en webs porno.
Fue un año después cuando las afectadas, que superan el centenar, se enteraron de este atropello a su intimidad. La pareja de una de ellas pinchó un extraño enlace que le saltó en Internet sobre la fiesta de A Maruxaina. El cebo dirigió su mirada a una página de pornografía y allí reconoció a vecinas, conocidas y también a su novia, algunas vestidas con la falda tradicional que se luce en esta romería marinera.
Más de 80 víctimas, las que han sido identificadas, entre ellas varias menores, han acudido a la justicia, pero de momento han recibido de ella un jarro de agua helada. El Juzgado de Instrucción número 1 de Viveiro ha sobreseído provisionalmente su denuncia esgrimiendo que fueron grabadas en la calle y “quedaría fuera de la protección penal la captación de imágenes en lugares públicos”. “Se trata de una serie de grabaciones de mujeres orinando en una calle, es decir, en lugar público en el que podían ser vistas por cualquier persona que por allí transitase, y es por ello que no suponen ningún ataque ni vulneración de la intimidad”, sostiene el juez en su auto del pasado 15 de marzo, que ya ha sido recurrido.
El argumento judicial ha indignado a las víctimas. “Este auto crea un precedente muy peligroso porque se está dando impunidad a cualquier cosa que se grabe en la vía pública sin consentimiento”, advierte Mary Fraga, presidenta de la Asociación Mulleres en Igualdade de Burela, personada en la causa como acusación popular. Los vídeos, mientras, siguen colgados en internet y acumulan miles de visualizaciones.
Una manifestación de mujeres y hombres ataviados con la falda marinera de A Maruxaina que vestían las afectadas en las grabaciones recorrió este domingo San Cibrao para exigir justicia. Entre gritos de “No es delito porque no sale tu pito” o “Asusta pensar que no puedes ni mear”, medio millar de personas reclamaron al juez que “rectifique” y persiga a quienes convirtieron a las asistentes a la romería en “productos sexuales”.
En sus pesquisas, las denunciantes han descubierto además que las webs porno en las que se colgaron las grabaciones de A Maruxaina, varias de pago, difunden imágenes similares captadas subrepticiamente en otros eventos públicos de fuera de Galicia. Han identificado una romería de Asturias y en esta comunidad vecina han localizado a varias afectadas que han decidido unirse a la causa.
Temor y vergüenza
La mayoría de las víctimas de las cámaras ocultas de A Maruxaina se sintieron amedrentadas al principio por la vergüenza y el temor a las burlas. Varias han requerido asistencia psicológica. Temían ser juzgadas por el hecho de que la invasión de su intimidad se produjese mientras orinaban en la calle. Poco a poco “se han ido empoderando”, apunta Paloma Maseda, portavoz de las afectadas: “¡Qué caray! No tenemos por qué justificarnos por estar meando en la calle teniendo en cuenta lo que nos han hecho. Lo importante es que este caso no puede quedar así, sería darle alas a los depravados que se están ganando la vida haciendo esto. Es por nosotras y las que vienen”.
El autor o autores de las grabaciones son “profesionales”, sostiene Maseda, y sabían bien que ese callejón era utilizado por los asistentes a la romería para orinar. Los equipos son sofisticados, las imágenes tienen calidad y las cámaras, una nocturna, están colocadas para captar tres ángulos distintos, señala. El montaje está pensado para que se reconozcan las caras y va a por las mujeres: los momentos en que aparecen hombres se cortan.
Han sido localizados en internet seis vídeos de una hora de duración cada uno. Maseda reclama una investigación judicial que no solo identifique a sus autores, sino que tome medidas contra las webs que difunden imágenes que claramente han sido robadas: “Hay cantidad de vídeos de cámaras ocultas en esas webs porno. Esto le puede pasar a cualquiera y no solo en la calle, también en gimnasios, en un probador de una tienda de lencería… Yo tengo una hija de tres años y desde que me pasó esto soy incapaz de ponerla a mear en la calle. Tengo miedo”.
La Valedora do Pobo, la institución equivalente al Defensor del Pueblo en Galicia, ha abierto de oficio una investigación sobre el caso y las denunciantes ya han recurrido ante el Juzgado número 1 de Viveiro el auto de sobreseimiento provisional. El recurso defiende que la captación y difusión de los vídeos de A Maruxaina tienen “carácter humillante, vejatorio y atentatorio contra el honor e integridad moral” de las afectadas. Y esgrime que, aunque se tomaron en la vía pública, la zona en cuestión “reunía unas evidentes garantías de privacidad para todas las mujeres que allí acudían”, una intimidad que fue vulnerada por las grabaciones.
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