Antes de conquistar los hogares españoles como Nacho Martín, el doctor protagonista de Médico de Familia, la serie que le catapultó a la fama en la década de los noventa, Emilio Aragón ya había aprendido a meterse al público en el bolsillo gracias a sus dotes de showman todoterreno. Haber sido ante las cámaras Milikito, el hijo de Miliki, uno de los más queridos payasos de la tele, le abrió algunas puertas y con tan solo 22 años ya dirigía y escribía su propio programa, Ni en vivo ni en directo, al que le siguieron VIP, Vip Noche, El gran juego de la oca y El club de la comedia, entre otros tantos, que le acabaron por convertir en uno de los reyes del entretenimiento televisivo. Ahora, 14 años después de presentar Los irrepetibles, en 2007, vuelve a ponerse delante de las cámaras de la mano de Movistar+ con B.S.O., es decir, banda sonora original, un programa que combinará sus grandes pasiones: entrevistas, música en directo, humor y cine.
En cada una de las ocho entregas confirmadas, Aragón, recibirá la visita de un invitado que repasará su vida a través de las canciones que han marcado su trayectoria profesional y sus momentos personales más importantes. “Todos tenemos una banda sonora de nuestra vida”, dijo el humorista este miércoles en La Resistencia, el programa de David Broncano, sobre su nuevo proyecto, para el que aún no hay fecha de estreno.
Esta nueva aventura profesional supone para Emilio Aragón un regreso íntegro a ese primer plano del que huyó cuando la fama y su exposición en los medios, especialmente durante la época de Médico de familia, le sobrepasó. La popularidad le resultó tan abrumadora y desquiciante que un día tuvo que parar el coche por un ataque de ansiedad. “No podía salir de casa y me dije: tengo que parar”, reconoció el intérprete en una entrevista con EL PAÍS en 2019.
Junto a su esposa, Aruca Fernández-Vega, decidieron que querían vivir tranquilos, que sus hijos debían crecer en un ambiente más relajado y se marcharon a vivir a Estados Unidos durante una larga temporada. Siempre con las raíces bien plantadas en España, en todo este tiempo no ha dejado de trabajar. Y lo ha hecho tras los focos, de manera literal. Ha dirigido películas –Pájaros de papel y Una noche en el viejo México–, ha invertido en bodegas y, desde Caribe, la productora que creó hace unos años tras el éxito de Globomedia, ha montado espectáculos como Aire, que combina teatro, música y humor e incluso hace un par de años regresó al circo con Circlassica.
También se ha dedicado a su familia —su esposa, sus tres hijos y sus tres nietos— y gracias a ellos pudo reencontrarse con su gran pasión, la música. Y es que antes que actor, productor, empresario o presentador, Emilio Aragón se considera sobre todo músico. De hecho, así fue como su esposa le presentó a sus padres cuando empezaron a salir. Algo para lo que se formó de adolescente, cuando el gran Miliki le imponía practicar una hora con el piano, y que perfeccionó siendo ya abuelo. Durante su estancia en Estados Unidos se licenció en Boston en Historia y Dirección de Orquesta, y es autor de las bandas sonoras de sus dos películas. Recién cumplidos los 60 dio un paso más allá y bajo el seudónimo de Bebo San Juan, lanzó un disco plagado de sones y ritmos caribeños surgidos de sus experiencias La Habana, México, Caracas, San Juan de Puerto Rico… ciudades donde vivió o estuvo de paso en su infancia cuando acompañaba a su padre y a sus tíos como artistas de circo.
Ahora, a punto de cumplir los 62 —los celebra el próximo 16 de abril—, el humorista demuestra una vez más su incansable sentido de adaptación que le ha guiado a un nuevo programa en el que podrá unir la música que siempre ha sentido con la televisión que ha vivido. Si el resultado lleva su sello personal de brillantez y éxito, pronto se verá en los televisores.
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