Celaya, Tijuana, Juárez, Ciudad Obregón, Irapuato y Ensenada encabezan el Ranking 2020 de las 50 ciudades más violentas del mundo, según un informe difundido este martes por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
Sin embargo, no son las únicas ciudades nacionales que figuran en la lista, pues son 18 las urbes del país con más de 300 mil habitantes que sufren las tasas de homicidio más elevadas del mundo, de acuerdo con el documento elaborado por este organismo con sede en la CDMX.
Ese registro ubica a México con el mayor número de ciudades violentas, seguido de Brasil, con 11; Venezuela, con 6; Estados Unidos, con 5; Sudáfrica, con 4; Colombia, con 2 y Honduras, también con 2; mientras que Puerto Rico y Jamaica entran a la lista con 1.
“Hacemos este ranking con el manifiesto objetivo político ciudadano de llamar la atención sobre la violencia en las urbes, particularmente en América Latina, para que los gobernantes se vean presionados a cumplir con su deber de proteger a los gobernados, de garantizar su derecho a la seguridad pública”, señala el organismo en la presentación del informe.
Para el consejo, el mayor obstáculo para realizar este estudio es la falta de transparencia de los gobiernos de varios de los países incluidos.
“En México”, explica, “existe un esquema de información criminal del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), que presenta datos desagregados por estado y municipio respecto a más de 60 tipos penales, incluidos los homicidios dolosos y modalidades de los delitos (intencionales y no intencionales; el tipo de arma utilizada en el caso de los homicidios; con o sin violencia, en el caso de robo, etcétera)”.
El problema es que la información no se refiere en la mayoría de los casos a homicidios (esto es, al número de víctimas), agrega, sino a las carpetas de investigación que por ese delito se abren a partir de eventos criminales (en que puede haber más de una víctima).
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) realiza su propio conteo de homicidio con base en el número de víctimas y con grado de desagregación hasta nivel municipal. Sus cifras son más confiables y suelen ser mayores a las del SNSP, incluso cuando éste cuenta víctimas, dice.
El problema es que las cifras del INEGI de 2020 se difundirán hasta finales de 2021 (las definitivas).
“México ya lleva dos años como epicentro mundial de la violencia homicida. No es una casualidad. En 2019 y 2020, se ha aplicado la peor política de ‘control’ del crimen, por parte del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador: por un lado, al no actuar contra los grupos criminales, principales responsables de la violencia, más que excepcionalmente, bajo la suposición de que si las fuerzas del orden no molestan a los hampones, ellos se portarán bien; por otro lado, aplicar vastos programas de subsidios con la esperanza de que los delincuentes, a cambio de ellos, dejen de delinquir”, asegura el documento.
Para abatir la delincuencia, lograr justicia y paz en el país, el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal exhorta a todas las organizaciones ciudadanas, sociales, a las agrupaciones religiosas, a sus líderes, a que reactiven la denuncia ciudadana.
“Hay que seguir alzando la voz”, señala. “Esta crisis de violencia, impunidad e inseguridad junto con la pandemia ponen en grave riesgo la convivencia pacífica en todo México”.
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