Muchas personas asocian este pigmento con el color de la piel y con los cambios que esta padece, incluso con el color de nuestro pelo y con la aparición de canas, pero lo cierto es que la mayoría no saben decir mucho más acerca de cuál es exactamente el papel que tiene la melanina en nuestro cuerpo más allá de dotar nuestras facciones características de un color u otro.
A continuación te explicamos todo lo que necesitas saber, así que si te interesa ¡te animamos a seguir leyendo!
Su función principal no es la de aportar los distintos colores a nuestra piel
Aunque sí es cierto que la melanina es la responsable de que haya personas con la tez muy blanca y otras con la piel oscura o de la diferenciación que hacemos entre personas rubias, pelirrojas y morenas, lo verdadero e importante función de la melanina es proteger a la piel contra los efectos de la radiación ultravioleta de la luz solar.
Esta se activa cada vez que nos exponemos al sol para evitar que nuestra piel se queme y que se dañen los núcleos celulares de la epidermis, y cuando esa producción de melanina ocurre nuestra piel se oscurece y se trasforma hasta lograr lo que conocemos como bronceado.
Además, es interesante saber que existen dos tipos de melaninas que, también influyen en la forma en la que nuestra piel queda protegida, y es que por un lado tenemos las Eumelaninas, que son pigmentos de color pardo o negro que contienen azufre y proporcionan las coloraciones más oscuras.
Y por el otro están las Feomelaninas, que son pigmentos amarillos o rojizos con una mayor cantidad de azufre que las Eumelaninas y que son las responsables de las coloraciones más claras en la piel.
¿Conoces los seis fototipos que existen?
Esa capacidad de broncearnos (y en consecuencia, de protegernos del sol) depende en efecto de nuestro fototipo de piel: existen diversos y cada uno mide esa capacidad de protección frente a rayos solares.
Así que podemos clasificar el tipo de piel de cada persona según si pertenecen al fototipo I, grupo en el que suelen estar las personas pelirrojas con la piel blanca, los ojos azules y pecas, que no se broncean nunca y que están muy expuestas a sufrir quemaduras importantes después de exponerse al sol o al fototipo VI al cual pertenecen las personas con la piel negra, que aunque muchos lo duden, incluso pueden llegar a quemarse en alguna ocasión.
En medio de ambos, tenemos los fototipos del II al V que incluyen otras características de cabello, piel y ojos de los más claros hasta los más oscuros.
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