La historia del Imperio Romano, uno de los más grandes y duraderos de la antigüedad, llegó a su fin en el año 476 d.C., cuando el caudillo bárbaro, Odoacro, consiguió hacerse con el poder en Roma tras destituir de su puesto al joven Rómulo Augusto.
Antes, en el 410, las tropas visigodas encabezadas por Alarico ya habían saqueado la ciudad causando daños irreparables en la mentalidad de todo el imperio. Todos estos sucesos se marcaron como la caída del Imperio Romano, aunque no fueron los únicos, ya que el imperio llevaba años desangrándose y perdiendo fuerza en todos sus territorios europeos.
Años antes, en el 117, el Imperio Romano logró su mayor extensión en toda Europa y parecía que era cuestión de tiempo que el mundo fuera del imperio. Esto se certificó con la llegada de Diocleciano, considerado por muchos, el último gran mandatario de Roma.
La caída comenzó alrededor del 385 d.C. cuando los godos comenzaron a saquear sin ser neutralizados muchas de las poblaciones romanas de occidente. Cuando Odoacro entró en Roma, el imperio ya no era lo que antiguamente, y Rómulo Augusto fue desterrado y con él, Roma pasó a la historia en Occidente.
Cristianismo
La caída del Imperio Romano supuso un impacto en la sociedad antigua. La Edad Media comenzaba a dar sus primeros pasos y el cristianismo parecía languidecer sin un gobernante que lo tomara como suyo. Fue Teodosio I el que convirtió al cristianismo como religión oficial, a la muerte de este y con la llegada de los pueblos bárbaros, la figura del papa tomó mucha más importancia.
Dominio bárbaro
Los gobernadores romanos, cónsules y oficiales del ejército quedaron a merced de los bárbaros que empezaron a ejercer su influencia en la mayoría de los territorios romanos conquistados por Europa.
En la mayor parte de Europa occidental, los francos, visigodos y eslavos se hicieron con el Mediterráneo donde se asentaron un buen número de tribus sin un gobierno sólido.
Paso a la Edad Media
Estas tribus bárbaras cada vez fueron más conscientes que debían organizarse para que su poder no pasara a manos de otros pueblos conquistadores.
Comenzaron a surgir los primeros señores, los sacerdotes y obispos empezaron a tener mucha influencia y surgió la figura del rey para proteger los territorios. Eran los primeros pasos de la Edad Media, una época que evolucionó durante siglos y que terminaría con la llegada de Colón a América en 1492.
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