Enrique de Inglaterra afirma que vivir en la familia real es “una mezcla entre ‘El Show de Truman’ y estar en un zoo”


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Desde su salida del seno de la familia real británica, Enrique de Inglaterra no deja de dar titulares. Buena parte de ellos son dardos dirigidos contra quienes hasta hace un año y durante 35 han sido los suyos. Tras las entrevistas que concedió a James Corden y, especialmente, a Oprah Winfrey, parecía que no había nada más que pudiera desvelar, pero él parece dispuesto a seguir sorprendiendo. De ahí que su última charla, en este caso en un podcast, haya sido reveladora.

El hijo menor de Carlos y Diana de Gales ha hablado con Dax Shepard, presentador de Armchair Expert (Experto de sofá) sobre el tema que estos días le ocupa, el de la salud mental. Enrique estrenará la próxima semana una serie producida y presentada junto a Oprah Winfrey titulada The Me You Can’t See (El yo que no puedes ver). que versará principalmente acerca de problemas psicológicos y de ciertos famosos que los han sufrido, como Lady Gaga o Glenn Close. En este podcast se acerca a eso, pero se abre a los problemas que él ha sufrido en el seno de la familia real o las dificultades a las que se enfrentó cuando formó parte de las Fuerzas Armadas, algo que, según dice, le abrió los ojos ante el mundo y a las distintas realidades que en él coexisten. Cuando le pregunta el entrevistador si está nervioso por lo que va a compartir, Enrique le dice que ya no le preocupa lo que la gente piensa de él.

En la charla, Shepard interroga a Enrique acerca de cómo era estar dentro de un “grupo diminuto de gente observada por el mundo entero”. La explicación del príncipe es clara: “Es una mezcla entre El Show de Truman y estar en un zoo”, dice, en referencia a la película de 1998 protagonizada por Jim Carrey en la que un hombre vive dentro de un programa de televisión sin saberlo, engañado, y cuando se da cuenta lucha con todas sus fuerzas por escapar del mismo. “Es como si fueras parte del elenco de una película sin haberlo pedido”, le sugiere Dax Shepard al príncipe. Y él contesta: “Lo más difícil para mí es que naciendo ahí heredas los riesgos, heredas todos los elementos, sin capacidad de decisión”.

“Entonces, ¿se sentía dentro de una jaula?”, le pregunta el entrevistador a Enrique. “Es el trabajo, ¿no? Sonreír y aguantar. Soportarlo”, afirma. “Tenía veintipocos años y pensaba: ‘No quiero este trabajo, no quiero estar aquí, no quiero estar haciendo esto’. Mira lo que le hicieron a mi madre, cómo voy yo a asentarme, a tener una mujer, una familia, cuando sé que va a pasar otra vez”, reflexionaba el príncipe, en un duro discurso contra él mismo que remató también contra la institución monárquica. He estado tras las cortinas, he visto el modelo de negocio y sé cómo funcionan las operaciones. No quiero ser parte de esto.”

Además, Enrique habla del escrutinio y la persecución. Cuenta que los medios británicos pensaban que era “de su propiedad”, y también que ha recibido “abusos viles y tóxicos” por internet, sin entender por qué los trolls le perseguían. De todo ese odio, afirma el príncipe que es “una especie de proyecto” que solo genera “dolor no resuelto”. Explica que intenta tener compasión por esos abusadores, pero que es “muy difícil cuando estás donde toca recibir”.

Enrique también contó que esas sensaciones en las que vivía cambiaron cuando llegó a su vida quien hoy es su esposa, Meghan Markle, que le ayudó a “explotar” la burbuja, gracias también a la terapia psicológica. “Saqué la cabeza de debajo de la arena, me di una buena sacudida y me dije: ‘Estás en una posición privilegiada, deja de quejarte y para de pensar que quieres algo diferente: hazlo diferente, porque puedes. ¿Cómo vas a hacer las cosas distintas, cómo vas a hacer que tu madre se sienta orgullosa y cómo vas a usar esta plataforma para hacer un cambio de verdad?”.

Fue precisamente Markle quien también cambió la idea de Enrique sobre su vida y su futuro, y cómo le enfrentó a su insatisfacción. Según ha contado él en el podcast, ella le dijo que no tenía que seguir ese camino: “Puedes crear la vida que quieras sin tener que ser un príncipe, puedes crear una vida mejor que siéndolo”.

Enrique también enfrenta las posibles críticas que pueda recibir por su estatus y origen, sabe que son lógicas. “Me dicen, no puede ser tan malo, tienes gente alrededor haciendo esto y aquello… Nací en el privilegio, lo que me dio un asiento de primera fila. Mi educación no viene de los colegios, sino de conocer gente de toda la Mancomunidad de Naciones. Sé que la gente me mira y me dice: ‘Eres un príncipe, vienes de un palacio, ¿dónde están tu corona y tu capa?’ Pero la realidad es que conocer a gente de todo el mundo es lo que te pone en contexto”.

También habla acerca de vivir en Los Ángeles y de las persecuciones a las que se ven sometidos por los fotógrafos. Afirma que vivir en EE UU le ha hecho sentir más libre. “Estoy más relajado y Meghan también, podemos caminar sintiéndonos un poco más libres. Puedo pasear con Archie en la bici. Nunca he tenido la oportunidad de hacer eso”.


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