El PSOE de Andalucía está mudando otra vez de piel. Por primera vez en sus casi 43 años de historia, 46.531 militantes —censo cerrado al 6 de mayo― decidirán quién es su candidato a la presidencia de la Junta. Hay cuatro aspirantes, pero solo dos competidores: la secretaria general, Susana Díaz, y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas. En estas elecciones internas no valen los acuerdos de mesa de camilla ni los dedazos, sino el voto individual y secreto.
Como ocurre siempre en esta federación cuando se plantea un cambio, dirigentes que en un momento estaban en una posición mutan a otra. Así se forman las nuevas mayorías en el PSOE. Días atrás en una entrevista en TVE una periodista andaluza le preguntó a Díaz por la pérdida de esos apoyos que se batieron el cobre por ella en las primarias con Pedro Sánchez en 2017. “Yo ya sé a día de hoy, cuándo la gente se acerca a ti solo para darte cariño o quién viene a buscar otro interés. Voy a primar el mérito por encima del amiguismo”, contestó.
Responsables socialistas que apoyaron, animaron y pelaron cada centímetro por la expresidenta explican con nombres y apellidos a EL PAÍS por qué han cambiado de posición.
“Esto no es una cuestión de cariño ni de lealtad eterna”, asegura Francisco Reyes, secretario general del PSOE de Jaén. “Habrá pocos que en su día trabajaran más que yo para que Díaz ganara frente a Pedro Sánchez. Estaba convencido de que era la mejor opción. Ella quiso irse a Madrid, perdió las primarias y desde el mismo día que las ganó Sánchez me puse a trabajar por el secretario general. Después de dos años de oposición, tengo claro que necesitamos un revulsivo y que la mejor opción para recuperar la confianza de los andaluces es Espadas”.
Irene García es secretaria general del PSOE de Cádiz, una agrupación donde a veces los intereses locales se superponen a cualquier otra cosa que ocurra en el universo. “Esto no va de pasarse de un bando a otro ni de ir en contra de nadie. Yo trabajé en otro momento con Díaz por pura convicción y con la misma convicción lo hago ahora por Espadas. Ha llegado el momento de dar un salto y presentar una alternativa con una frescura distinta. Lo único que me gustaría es que las primarias no se conviertan en una confrontación”, asegura.
Miguel Ángel Vázquez fue portavoz del Gobierno andaluz de Díaz y consejero de Cultura. Pero no solo, también estaba en las mesas donde se decidían las estrategias. Es senador autonómico. “Hubo un distanciamiento político. Hay que superar dos episodios: el comité federal del 1 de octubre de 2016, con la dimisión de Pedro Sánchez de la secretaria general; y la pérdida de la Junta, el 2 de diciembre de 2018. Las elecciones se ganan, pero con el peor resultado de la historia y eso exige reflexión política. Ha habido ausencia de crítica y es necesario recapacitar, resintonizar de nuevo con los andaluces con un proyecto y liderazgos nuevos. La gente entiende que el partido avanza hacia la irrelevancia y que así no vamos a poder recuperarnos”, señala.
Miguel Ángel Heredia era el número dos del Congreso en el PSOE, uña y carne de Díaz, cuando Sánchez dimitió en 2016 como diputado para no abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy. Es senador por Málaga, miembro de la ejecutiva regional y coordinador del consejo territorial del PSOE andaluz. Su cambio de posición ha sorprendido a muchos, aunque el distanciamiento con la expresidenta arrastra desde hace meses. “Apoyo a Espadas porque el PSOE andaluz necesita un revulsivo para volver a ser lo que fuimos: el partido referente de Andalucía. Necesitamos nuevas ideas, nuevas formas y un nuevo proyecto”, afirma.
José Caballos lo ha sido todo en el PSOE andaluz y sevillano. Exportavoz parlamentario y exsenador, es miembro de la ejecutiva regional socialista. “Díaz se ganó a pulso su liderazgo, pero a partir de que se pierde la Junta y que la tarea de oposición no funciona está claro que hay que buscar una alternativa distinta para recuperar la Junta cuanto antes con Espadas”. El dirigente socialista apoyó a Díaz en las primarias a la secretaría federal. “Pedro Sánchez ganó, pero el liderazgo no se logra en las casas del pueblo, sino en las urnas cuando lo legitiman los ciudadanos. Sánchez lo logró. Y Díaz no lo consiguió interiorizar. Estas primarias eran prescindibles. Para el partido era mejor que ella fuera parte de la solución y no del problema, pero no lo ha entendido así”.
Ángeles Ferriz es parlamentaria andaluza por Jaén. Su nombre estuvo en las quinielas barajadas por Ferraz. Díaz la nombró portavoz de la ejecutiva, pero no ejerce desde hace muchos meses. “Susana Díaz ha tenido el apoyo de todos y hay que agradecerle su trabajo. Pero no creo que los 400.000 andaluces que se quedaron en su casa el 2 de diciembre vuelvan a votar al PSOE si se presenta otra vez. Desmoviliza al votante progresista y no nos resistimos a que [el presidente de la Junta, Juan Manuel] Moreno se consolide, gobierne la derecha y le abramos la puerta al PP en España. Díaz se quiso ir de Andalucía y cuando salió mal quiso alargar una lucha con el secretario general. La sensación es que quiere una segunda vuelta con Sánchez”.
La granadina Teresa Jiménez es vicepresidenta del Parlamento andaluz. Como secretaria general del PSOE de Granda trabajó “codo con codo” con Díaz y, como otros muchos, cree que en su momento era la mejor para pilotar el PSOE. “No reniego nada de lo que he hecho en el pasado. Pero se producen dos momentos: el comité federal del 1 de octubre y las elecciones autonómicas del 2 de diciembre donde mucha gente se quedó en su casa [el PSOE perdió 400.389 votos]. Ese día los ciudadanos nos dijeron que querían otras propuestas y otros liderazgos. Y Espadas está en mejores condiciones para recuperar la Junta”.
Sonia Ferrer lleva cinco años de diputada al Congreso por Almería y fue delegada provincial de la Junta. Como muchos, apoyó a Díaz en las primarias federales “porque era la mejor opción para el partido”. Después de perder la Junta y de dos años “de ejercer una oposición muy floja” que ha “afianzado” al presidente andaluz, opina que la expresidenta “está amortizada”. “Hay que intentar una alternativa y actualizarse”, sostiene.
Isabel Ambrosio fue alcaldesa de Córdoba y ahora es portavoz en la oposición municipal. En su momento apoyó a Díaz. “Ahora la realidad es distinta”, asegura. Le gusta el mensaje de Espadas de contar con los alcaldes y concejales para impulsar el PSOE. Lo mismo le ocurre al exalcalde de Granada y ahora portavoz municipal, Paco Cuenca, quien afirma que el regidor de Sevilla es el aspirante que más está activando el discurso municipalista.
El portavoz municipal en el Ayuntamiento de Málaga, Daniel Pérez, era hasta hace bien poco uno de los dirigentes más afines a Díaz. Espadas se entrevistó con él el Viernes Santo. Pidió tiempo antes de pronunciarse: “He hecho un ejercicio de escucha activa, con mucha gente de la calle y la militancia y llegué a la conclusión de que era necesario un revulsivo. Lo hago por convencimiento. Ha sido una decisión difícil porque aprecio mucho a Díaz”.
Antonio Conde es el alcalde de Mairena del Aljarafe (Sevilla) y secretario de su agrupación local, vicepresidente de la Diputación y miembro de la ejecutiva regional. Era de los que apostaban por “un acuerdo y una transición”. Afirma: “Nunca he sido de ‘sí, bwana’, sino de un proyecto del PSOE que era un nosotros, de mayoría social. En el que momento en que hay un proyecto del yo, no voy a estar por convicción socialista. Necesitamos un proyecto que una”.
María Márquez es diputada autonómica por Huelva. Tiene 31 años y es la portavoz de la candidatura de Espadas. Junto con otras diputadas, trabajó por la recogida de avales para Díaz: “Mi lealtad es con el PSOE y con los ciudadanos. Necesitamos cambiar el partido para ilusionar a la gente y no haya un gobierno de derechas, ni que el partido sea de unos y de otros. Es así de simple”.
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