David Alaba, el primer fichaje del “cambio” del Madrid

David Alaba, hace una semana durante el Bayern-Augsburg.
David Alaba, hace una semana durante el Bayern-Augsburg.CHRISTOF STACHE / AFP

El verano ha empezado a toda velocidad en el Real Madrid. Cada día, una noticia: renovó a Luka Modric, Zinedine Zidane volvió a marcharse y, este viernes, el club anunció la llegada de David Alaba, que ficha por cinco temporadas. El defensa austriaco, de 28 años, cumplió su contrato con el Bayern y, tras negarse a renovar, desembarca en el Bernabéu sin necesidad de traspaso. Zurdo, su posición natural en los últimos años ha sido la de central, aunque también puede actuar de lateral izquierdo y en el medio.

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Su llegada supone el regreso del club blanco al mercado tras un año de cuarentena, sin ninguna contratación debido a las apreturas económicas derivadas de la pandemia, y se espera que esta sea la primera de una larga lista de operaciones.

Con la adquisición de Alaba, el número de centrales se eleva a cinco: Sergio Ramos, Varane, Nacho, Militão y el recién llegado. La continuidad de los tres más veteranos se encuentra en el alero: el primero acaba contrato en un mes y la renovación sigue sin producirse, y a los dos otros les queda una campaña, aunque no se descarta una salida. Si la vinculación del francés no se prolonga, su buen caché podría servir para hacer caja en un momento en que el Madrid necesita ingresar para afrontar otras compras, sobre todo en la delantera.

David Alaba se crio en la cantera del Austria de Viena, pero prácticamente toda su trayectoria en la élite ha transcurrido en el Bayern, club al que se negó a ir un par de veces por considerarlo arrogante. No obstante, acabó fichando por ellos. Allí llegó con 16 años y, al margen de una breve cesión en el Hoffenheim, recorrió rápidamente la escalera de la entidad: de recogepelotas y ondear la lona de la Champions, a instalarse con 17 años en el primer equipo, con el que ha levantado dos Copas de Europa (2013 y 2020), diez Bundesligas y seis copas alemanas.

Adiós anunciado

Las batallas europeas en la última década entre el Madrid y el Bayern han sido frecuentes, y en todas ha estado el austriaco. Con 19 años y entonces como lateral izquierdo, fue uno de los protagonistas de aquella inolvidable tanda de penaltis de las semifinales de la Liga de Campeones de 2012. Pese a ser un novato, fue el primero en lanzar y engañar a Casillas. Luego apareció Ramos y la historia tomó un rumbo imprevisto. Después vinieron los cruces de 2014, 2017 y 2018, que terminaron con un recuerdo más amargo para él.

Siempre fue un fijo para todos los que ocuparon el banquillo de Múnich. En total, 449 encuentros, 35 goles y 47 asistencias. Despuntó por la banda zurda con Van Gaal y la llegada de Guardiola le llevó a probar otras posiciones. “No sabía que podía jugar de central”, reconoció el futbolista.

Su fin de ciclo en Alemania era un hecho hacía meses. “Me gustaría hacer algo nuevo y dar un paso más. Para crecer tienes que salir de tu zona de confort. Hay que ir a lo desconocido para madurar”, afirmó recientemente en los medios oficiales del Bayern en una entrevista de despedida. De nada habían servido las declaraciones de amor del presidente y leyenda del club, Karl-Heinz Rummenigge: “David es el Franz Beckenbauer negro. Es el primer jugador desde Franz capaz de coger las riendas de todo el equipo desde el centro de la defensa. Ha desarrollado el mismo carácter”.

Sin embargo, no hubo marcha atrás en el jugador y el destino elegido fue el Madrid, con quien hace días se daba por hecho el acuerdo. El defensa, que será presentado tras la Eurocopa, buscaba un giro en su vida deportiva y el club blanco, lo mismo. “El Madrid también necesita un cambio”, afirmó rotundo su presidente, Florentino Pérez, hace un mes, en esos días convulsos en los que defendía la Superliga. En la agenda merengue todavía quedan muchas cuestiones pendientes: la búsqueda de un atacante, la renovación o no de Lucas Vázquez, las posibles partidas de Marcelo, Isco y Mariano, qué va a ocurrir con los cedidos Ceballos y Odegaard, cómo se gestionará el regreso de Bale o quién sabe si alguna operación con Hazard, además del caso capital de Ramos.

Hijo de un padre nigeriano, dj y cantante en su día del grupo Two in One, y de una madre filipina ganadora de un concurso de belleza en su país, la familia de Alaba se ha distinguido por su religiosidad, adventista. Fuera del césped, la moda es otro de los intereses del futbolista. Tiene una firma (DA27) y se le suele ver en desfiles. Después del verano, aterrizará en la pasarela del Madrid.

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