Llega el verano y todos sabemos que las primeras semanas -e incluso el primer mes y medio-, tener el tono de piel ideal para lucir toda esa ropa blanca tan ibicenca y característica de la estación más calurosa del año, no siempre es fácil. Así que te proponemos usar los polvos bronceadores.
Durante los meses de frío nuestra piel apenas se ha visto expuesta a los rayos de sol e incluso puede que, si la jornada de trabajo no nos deja demasiadas horas libres de luz solar, solo tengamos los fines de semana para intentar broncearnos un poquito; cosa que suele no ser suficiente para la mayoría.
Así pues, si quieres lucir un rostro que se vea más saludable y no tan pálido, la solución parece estar en el autobronceado “artificial” (porque lo que no debes hacer es intentar acumular el moreno de un mes en tres días de larga e intensa exposición al sol).
Más que maquillaje: un bronceado a tu medida
Algo importante -antes de comprar este producto que tan imprescindible se hará para ti si lo escoges correctamente-, es que te informes de las opciones que tienes a tu alcance para poder elegir el que más te conviene (según el tono ideal para ti acorde con tu subtono natural, el tipo de acabado que ofrece, tu tipo de piel, la presentación y el formato del producto…).
Si tienes una piel seca, madura o sensible que requiere de hidratación y nutrición puedes comprar un producto cuya composición esté basada en ingredientes naturales y que cuente, por ejemplo con ácido hialurónico.
Incluso los hay que por sus activos presentan una acción anti-edad, que mantienen la piel hidratada o que contribuyen a disminuir líneas de expresión, arrugas e imperfecciones.
¿Sabes cómo aplicarlo para conseguir un resultado natural?
La clave para conseguir que los polvos bronceadores parezcan naturales es que apliques el producto sólo en las zonas más altas del rostro -es decir tabique, centro de la frente, pómulos, y mentón- que son aquéllas que se oscurecen naturalmente por efecto del sol.
Para aplicar los polvos, utiliza una brocha grande y suave, y aplica un poco de producto en cada área difuminando bien para que no te queden rayas. Además, te aconsejamos hacerlo de forma gradual (aplicando más producto si lo crees necesario) para evitar descubrir que has aplicado demasiado producto desde el principio y que el resultado queda poco natural. Incluso podrás aplicarlo en otras zonas como los hombros, rodillas e incluso escote, jugando también con el iluminador para resaltar algunas de tus facciones más atractivas.
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