Fue el pasado jueves, 6 de diciembre, en el desierto del estado de Nuevo México cuando Jakelin Caal, de 7 años de edad, fue arrestada junto con su padre por las autoridades de la Patrulla Fronteriza tras haber cruzado a los Estados Unidos de manera ilegal.
Jakelin y su padre, originarios de Guatemala, fueron detenidos junto con un grupo de 163 inmigrantes donde, según autoridades de la Patrulla Fronteriza, el padre de la menor había afirmado que la pequeña Jakelin no padecía de ninguna enfermedad.
De acuerdo a Aaron Hull, jefe de la Patrulla Fronteriza en el sector de El Paso, el hombre inclusive firmó un documento en inglés donde se establecía que Jakelin no estaba enferma.
Sin embargo, momentos después la menor comenzó a vomitar, por lo que recibió atención de los paramédicos de la agencia de migración para luego ser trasladada en helicóptero al hospital Providence en El Paso donde perdió la vida.
“Este es parte de un problema más grande”, dijo el congresista Beto O’Rourke. “Perdemos mucha gente cada año en la frontera entre los Estados Unidos y México y yo pienso que es más peligroso cuando tenemos un muro”.
O’Rourke agregó que en caso de que se brindara apertura en los cruces fronterizos para solicitar asilo en los Estados Unidos, la travesía de los inmigrantes en los desiertos pudiera evitarse.
“Lo que nosotros si queremos afirmar es que quizás no hubiese sucedido esta muerte si las políticas que tenemos no hubieran estado en su lugar como lo están ahorita”, dijo Fernando García, director de la Red Fronteriza por Los Derechos Humanos.
Cabe destacar que el padre de Jakelin viajará al interior del país para continuar con su proceso legal dentro de los Estados Unidos, mientras que el cuerpo de la pequeña será trasladado a su natal Guatemala.
“Estamos a la espera de que el padre pueda cumplir con el deseo que solicitó al consulado, que era despedirse de su hija de alguna manera”, mencionó el cónsul del Consulado de Guatemala en Del Rio, Texas, Tekandi Paniagua.
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