El presidente Joe Biden se comprometió a perseguir a los traficantes de armas ilegales e impulsar el financiamiento federal, además de apoyar a las corporaciones policiales locales, ante el incremento de las tasas de homicidio en las grandes ciudades de Estados Unidos.
“Los comerciantes de la muerte están violando la ley con fines de lucro”, dijo Biden, y agregó que su administración tendrá “tolerancia cero” para los comerciantes de armas de fuego deshonestos que violan las leyes federales.
Dijo que el gobierno también ayudará a los estados a emplear más agentes de policía utilizando fondos ya aprobados para ayudar a la economía a recuperarse de la pandemia de Covid-19.
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“Lo encontraremos y buscaremos su licencia para vender armas. Nos aseguraremos de que no venda muerte y caos en nuestras calles”, advirtió Biden a los traficantes de armas que violan la ley “deliberadamente”.
Su administración fortalecerá los esfuerzos de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) para detener el tráfico ilegal de armas en los estados, dijeron Biden y el fiscal general Merrick Garland en la Casa Blanca, reiterando la importancia de la estrategia que el Departamento de Justicia dio a conocer.
En abril, Biden firmó órdenes ejecutivas pidiendo al Departamento de Justicia que tomara medidas enérgicas contra las “armas fantasma” autoensambladas. Tales órdenes le permiten a Biden actuar rápidamente sin esperar al Congreso, donde los demócratas tienen una mayoría muy pequeña y los republicanos generalmente se oponen a la legislación de control de armas.
Los derechos al acceso a las armas de fuego, protegidos por la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, se encuentran entre los problemas políticos más espinosos en Estados Unidos, donde la tasa de muertes por armas de fuego supera a la de otros países ricos.
En 2020, los homicidios en las grandes ciudades de Estados Unidos aumentaron un 30% con respecto al año anterior, mientras que los asaltos con armas aumentaron un 8% con la tasa más rápida en las grandes ciudades, incluidas Chicago y Houston, dijo la Casa Blanca, citando un informe del grupo de investigación no partidista el Consejo de Justicia Criminal.
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En general, la tasa nacional todavía está muy por debajo del promedio nacional en los años setenta u ochenta.
El “aumento vertiginoso de los homicidios coincidió con el surgimiento de protestas masivas después de que George Floyd fuera asesinado a fines de mayo por un oficial de policía en Minneapolis”, señaló el informe, que agregó que “no había una conexión simple” entre la violencia policial, las protestas y la violencia comunitaria. “
Los delitos contra la propiedad, como robos y hurtos, cayeron significativamente en 2020.
Antes de hablar, Biden y Garland se reunieron con los alcaldes de Baltimore, Maryland y Rapid City, Dakota del Sur, el jefe de policía de Baton Rouge, Louisiana y otros expertos para discutir las medidas de seguridad de la comunidad.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos publicó información sobre cómo los estados y las localidades pueden aprovechar los 350 mil millones de la Ley del Plan de Rescate Estadounidense para responder a los delitos violentos, incluso invirtiendo en la policía comunitaria.
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La administración enfrenta una creciente impaciencia por parte de los activistas por la seguridad de las armas que quieren que Biden actúe más rápidamente para combatir la violencia armada después de que hizo campaña con el compromiso de actuar contra la “epidemia” el primer día de su administración.
Este año, 20 mil 989 estadounidenses murieron por violencia con armas de fuego hasta el 23 de junio, más de la mitad por suicidio, según Gun Violence Archive, un grupo de investigación.
El Partido Republicano emitió un comunicado diciendo que la administración demócrata de Biden “debería haberse enfrentado a los demócratas” que no apoyan suficientemente la aplicación de la ley. (Rts)
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