La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, llegará este viernes a la ciudad fronteriza de El Paso (Texas), junto al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en su primer viaje a una zona que está recibiendo números récord de indocumentados y después de recibir fuertes críticas por parte de los republicanos por no haber visitado el escenario más evidente de la crisis migratoria desde su llegada a la Casa Blanca en enero pasado.
El viaje de Harris se produce dos semanas después de que visitara Guatemala y México en un intento por abordar las causas de la migración desde los países de origen, una decisión que generó el rechazo de sus rivales políticos y algunos medios de comunicación en su país de origen por hacerlo antes de ir a la frontera. “Voy a visitar la frontera y lo he hecho antes”, dijo la vicepresidenta entonces al recordar que había estado en la zona en múltiples ocasiones cuando era fiscal en California. Pero, matizó: “Para quienes queremos solucionar problemas, es de vista corta sugerir que voy a reaccionar a la consecuencia en lugar de atacar la causa”.
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A principios de mayo, el presidente Joe Biden le encomendó a Kamala Harris el reto de aliviar la crisis migratoria. La llegada de decenas de miles de migrantes sin papeles a la frontera sur, muchos de ellos familias con niños pequeños y menores no acompañados originarios de Centroamérica, se convirtió en uno de los primeros desafíos del Gobierno del demócrata. Solo en el mes de mayo, en la frontera sur de Estados Unidos se registraron más de 180.000 intentos de cruces ilegales, la mayor cifra en casi dos décadas, según datos de la Patrulla Fronteriza.
La visita de Harris y Mayorkas a México se producirá, además, una semana después de que el secretario de Seguridad Nacional se reuniera en la capital mexicana con varios funcionarios del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que están abogando por la rápida apertura de la frontera común a actividades no esenciales, un cierre que ya se extiende más de un año desde el inicio de la pandemia y prolongado ahora al menos hasta el 21 de julio. Las autoridades mexicanas están acelerando la vacunación en las ciudades limítrofes mexicanas para tratar de igualar las tasas de inmunización a las de Estados Unidos y poder así retomar las actividades normales en la zona, pero Washington aún no se ha pronunciado sobre una posible reapertura.
Por otra parte, en los últimos días se conoció que el expresidente Donald Trump visitará el próximo 30 de junio la frontera de Texas acompañado por el gobernador de ese Estado, el republicano Greg Abbott. Tras conocerse el viaje de Harris, el exmandatario reaccionó diciendo que la vicepresidenta “nunca habría ido” a la zona si no se hubiera enterado de sus planes.
Desde su llegada a la Casa Blanca, el Gobierno de Joe Biden se ha propuesto acabar con las medidas más crueles de la Administración Trump en materia migratoria, como el programa por el que enviaba a solicitantes de asilo a esperar la resolución de sus casos a México o algunas normas que dificultaban las peticiones de refugio a víctimas de pandillas o de violencia de género. Sin embargo, la nueva Administración mantiene vigente el Título 42, una medida tomada con motivo de la pandemia por la que la frontera sur lleva más de un año cerrada a nuevas solicitudes de asilo y por la que cada mes se expulsa de manera inmediata a decenas de miles de indocumentados a peligrosas ciudades mexicanas.
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