El silencio internacional que rodeó las primeras semanas de conteo electoral en Perú se ha roto esta semana. La Unión Europea y las embajadas de sus miembros en el país andino consideraron este jueves que el proceso electoral del 6 de junio, en el que había que elegir entre el izquierdista Pedro Castillo y la derechista Keiko Fujimori, ha sido “libre y democrático”. “Confiamos en las autoridades electorales para la solución de los litigios pendientes dentro de los cauces legales establecidos”, se lee en el comunicado difundido en redes sociales.
El pronunciamiento llega en un momento delicado. La solidez de las instituciones peruana está en juego. El tribunal electoral supervisa desde esta semana las anulaciones que pide Fujimori para evitar la victoria de Castillo, que ganó por 40.000 votos. El proceso se está intentando dilatar y boicotear. Un miembro del tribunal renunció el miércoles, algo inédito en la historia democrática de Perú, después de que fueran rechazadas las primeras 10 peticiones de nulidad. En una instancia anterior no se encontró ningún indicio de que haya habido fraude en el recuento. Acabado esta supervisión, las autoridades tendrán que decretar un ganador. Desde Fuerza Popular, el partido de Fujimori, y sectores conservadores que ven a Castillo como una potencial amenaza están intentando que ese momento no llegue.
Bruselas no ha sido la primera en dar un paso adelante y respaldar el órgano electoral peruano, lo que en la práctica supone echar por tierra la táctica de Fujimori. Desde que un conteo rápido diera a Castillo ganador por un porcentaje muy pequeño, apenas el 0,3%, la candidata ha sostenido que en varias mesas de la sierra, la zona rural del país donde Castillo ha recibido un apoyo masivo, se produjo un fraude. Ni los observadores internacionales ni la encuestadora principal del país, Ipsos, advirtieron ninguna anomalía. Estados Unidos, el martes, felicitó a Perú por haber llevado a cabo unas elecciones que consideró “modelo de democracia en la región”. En un comunicado, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, calificó también estas elecciones de “libres, justas, accesibles y pacíficas” y respaldó que las autoridades se tomen el tiempo necesario para “publicar los resultados de acuerdo con la ley peruana”.
A estas alturas el proceso debería estar finalizado. El ganador tomará posesión el 28 de julio, en teoría. Sustituirá a un presidente interino, Francisco Sagasti, que ha llevado al país hasta el final de una legislatura convulsa. Ha habido cuatro presidentes distintos en cinco años. El partido de Fujimori ha obstaculizado en ese tiempo las iniciativas del Congreso, al creer e intentar hacer creer al resto que le habían robado la victoria. La candidata prometió en esta última campaña no volver a obstaculizar la gobernabilidad del país e incluso firmó un compromiso democrático para asegurar que iba a ser así, pero llegado el momento ha estirado al máximo los plazos para retardar la proclamación de un ganador, que presumiblemente será su rival.
Entretanto, la tensión continúa en un país herido. La campaña ha sido muy dura. Los enfrentamientos dialécticos entre partidarios de uno u otro han sido constantes. Castillo hizo campaña con un discurso contra las élites y el mercado que ha puesto en guardia a los empresarios y los sectores más conservadores. Esa parte del país apoyó a Fujimori de manera masiva -más contra Castillo que por fervor al fujimorismo- y se manifiesta estos días en las calles. “No al fraude”, es su lema.
Una abogada que se ha sumado a las peticiones de nulidad de mesas, Lourdes Flores, planteó que el presidente Sagasti solicite a la OEA una auditoría como la que realizó recientemente en Bolivia. Poco después, la misión de observadores emitió un comunicado en el que informaba que seguía pendiente del proceso electoral en Perú, que se mantenía apegado a la ley, y que continuaría en funciones hasta la proclamación de resultados.
“La Misión (de observadores de la OEA) ha podido constatar que dichos procedimientos se han realizado con apego a la ley y a los reglamentos vigentes, y saluda que el sistema peruano cuente con las garantías del debido proceso”, dijo el organismo en un comunicado. Calificó de “insólita” la renuncia del magistrado Luis Arce Córdova al pleno del Jurado Nacional de Elecciones “en un momento tan delicado”.
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