A los pies de la escalinata principal y con el busto de Francisco Franco tapado por las banderas, cinco Administraciones gobernadas por cinco partidos políticos (PSOE, PP, BNG, Unidas Podemos y Sadamaioría) han rubricado este sábado el acuerdo para la gestión conjunta de las Torres de Meirás. El Ayuntamiento de Sada (A Coruña), en el que está ubicado el pazo que según la justicia la familia del dictador usurpó al patrimonio público, reabrirá la finca al público el próximo jueves, ejerciendo su papel de encargado de las visitas. Será la primera vez que los ciudadanos puedan conocer la mansión en un recorrido guiado a la luz de la memoria democrática y no de la mano de la Fundación Franco.
La reapertura de Meirás, acordada por el Gobierno, la Xunta, la Diputación de A Coruña y los Ayuntamientos de Sada y A Coruña, solo permitirá pisar los 93.000 metros cuadrados de jardines, que han sido remodelados por el Estado. La visita durará hora y media, en grupos de 20 personas como máximo, y los primeros tres días estarán reservados a colectivos de memoria histórica. No se recorrerá el interior del pazo, que permanece intacto, tal y como lo han dejado los Franco después de que los tribunales hayan dictaminado en sentencia no firme que la recuperación de la finca a manos públicas no incluye los bienes muebles, aunque estos tampoco pueden ser retirados.
Entre retratos de Franco y Carmen Polo y trofeos de caza, las autoridades encabezadas por la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, han hablado este sábado de feminismo, libertad, tolerancia y reparación a las víctimas del franquismo. Y lo han hecho mayoritariamente en gallego, lengua perseguida durante la dictadura. “Aunque en otras ocasiones hablemos castellano por la presencia de autoridades del Estado, hoy escuchar a las instituciones gallegas hablar el idioma de Rosalía, Pondal y Castelao después de 80 años es todo un orgullo”, celebró el socialista Valentín González Formoso, presidente de la Diputación de A Coruña. Tuvo réplica de Calvo en el arranque de su discurso: “Yo soy una ciudadana española a la que le suenan muy bien todas las lenguas cooficiales del Estado”.
El reparto de papeles pactado entre las Administraciones mientras no se cierre definitivamente el proceso en los tribunales establece que el Gobierno central se encargará del mantenimiento de las Torres de Meirás y financiará las visitas que organizará el Ayuntamiento de Sada. La Xunta se compromete a promocionarlas. El consejero de Cultura, el popular Román Rodríguez, ha prometido “generosidad y voluntad de colaboración” y ha pedido que la gestión del lugar pase a manos autonómicas cuando finalice la batalla judicial.
La Xunta ha garantizado también “colaboración total” si el Estado decide emprender otra pelea en los juzgados para recuperar los bienes muebles del interior del pazo que Patrimonio Nacional ha identificado como públicos. La vicepresidenta Calvo, sin embargo, no se ha referido a esta eventual demanda civil, que también ha reclamado el alcalde de Sada, Benito Soto. “Llegamos tarde, pero al fin”, ha reconocido Calvo. “Aquí queda mucho trabajo por hacer”.
Gobierno y Xunta han defendido que las Torres de Meirás se conviertan no solo en un espacio de memoria democrática sino también en reflejo del legado de la escritora Emilia Pardo Bazán, la intelectual que mandó levantar el pazo. Colectivos de memoria histórica agrupados en la plataforma Defende Meirás han protestado en el exterior de la finca. Reclaman participar en la gestión del recinto, que se acelere la declaración de Bien de Interés Cultural de los muebles “ante el nuevo intento de rapiña de los Franco” y que se organice en Meirás un acto de memoria a las víctimas del fascismo. La vicepresidenta del Gobierno se ha acercado a la concentración para agradecerles su lucha y les ha prometido celebrar el homenaje, según ha contado la agrupación memorialista. Su portavoz, Carlos Babío, uno de los activistas e investigadores del expolio franquista citados por las autoridades por su importante papel en la recuperación del pazo, le ha reprochado a Calvo: “Ustedes se mueven en la medida en que nosotros nos movemos. Si nosotros paramos, ustedes paran”.
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