En una sesión a puerta cerrada, en la que apenas se ha oído la voz del fiscal y la asunción de los hechos por parte de los acusados, el juicio por la agresión sexual en grupo de cuatro hombres de edades comprendidas entre los 19 y los 24 años a una joven de 19 ha quedado prácticamente visto para sentencia. Los acusados se han limitado a admitir los hechos de los que se les acusa y a asumir su culpa. La Fiscalía pide para ellos un total de 200 años de prisión, por varios delitos de agresión sexual y de descubrimiento y revelación de secretos, ya que grabaron el ataque con sus móviles.
Según ha quedado ratificado este lunes en la Audiencia de Alicante, a falta de la declaración de la víctima, que tendrá lugar mañana, los procesados entablaron contacto con la víctima en Benidorm (Alicante), durante la Nochevieja que despedía el año 2018. En la madrugada del 1 de enero de 2019, y tras haberla atiborrado a alcohol y sustancias estupefacientes, los agresores trasladaron en coche a la víctima, ya con el control de la situación completamente anulado, incapaz de moverse o de erguir la cabeza y con fuerzas apenas para emitir alguna “queja ahogada”, según el auto judicial, al domicilio de uno de ellos, ubicado en el vecino municipio de Callosa d’En Sarrià.
Una vez en la vivienda, los cuatro encausados bajaron a la muchacha a un sótano, donde la desnudaron de cintura para abajo y fueron violándola uno a uno, mientras el resto grababa la agresión con sus móviles. El auto judicial señala que los atacantes comentaban la situación entre ellos e incluso proferían “alguna risa”. La vista de hoy ha servido para que los acusados reconocieran todos estos hechos.
Posteriormente, la hermana de uno de los acusados los pilló in fraganti y avisó a su madre, que fue la que dio aviso a las fuerzas de seguridad. Cuando los agentes se personaron en el lugar de los hechos, encontraron a la víctima semidesnuda, a uno de los acusados sobre ella y a otro, subiéndose los pantalones. Todos ellos fueron detenidos salvo uno que fue localizado y arrestado pocas horas después. La joven fue trasladada a un hospital, ya que no era capaz de levantarse ni de articular palabra alguna. En su declaración posterior aseguró que no recordaba nada.
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Algo similar alegan los acusados. Según el abogado de uno de ellos, José Luis Sánchez Calvo, que subraya que es “la primera vez en la historia que una supuesta manada reconoce los hechos y pide perdón”, los procesados sostienen que si no hubieran ingerido tanto alcohol y sustancias estupefacientes, “nada de eso habría ocurrido”. “No eran conscientes de lo que estaba pasando”, dice el letrado. Sin embargo, el abogado de la víctima, Francisco González, disiente de esta afirmación. “Las pruebas realizadas” al grupo demostraron que “eran consumidores habituales de alcohol y cocaína”, por lo que, en su opinión, “sus facultades no estaban mermadas”, asevera González.
Con la asunción de los hechos por parte de los acusados, el juicio, que ha comenzado con más de media hora de retraso por la demora en el traslado de los procesados e inicialmente previsto en cinco sesiones, se recortará. “Las pruebas periciales ya son innecesarias”, avanza el letrado.
Poco antes de que se iniciara el juicio, la defensa y la acusación particular, que defiende los intereses de la víctima, han llegado a un acuerdo que establecía “penas de 18 años para el cabecilla del grupo” y de “entre 14 y 16 años” para el resto de integrantes. La Fiscalía, que pide 50 años de cárcel para cada agresor, ha rechazado el pacto, aunque el letrado de uno de ellos confía en que se rebaje la petición.
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