La polémica sobre la conquista de México, o la invasión, según la perspectiva de cada quien, tiene más de política que de interés ciudadano. Este año se cumplen cinco siglos de aquel encuentro entre dos mundos, pero los mexicanos parecen situar aquel episodio más en la historia que en los tiempos actuales. El 62% de la población opina que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, está haciendo un uso político de ese capítulo y más de la mitad (55%) no considera necesaria la disculpa que este ha demandado a España por la colonización, según revela una encuesta realizada por SIMO para EL PAÍS. La gran mayoría es consciente de que los problemas que hoy en día presenta el país norteamericano son responsabilidad ellos mismos y no buscan culpables en el pasado.
Un alto porcentaje de los consultados entiende que las relaciones actuales entre México y España, con petición de perdón o sin ella, se mantendrán prácticamente como hasta ahora, lo que denota el bajo peso que se le otorga a la solicitud del jefe del Ejecutivo en esta materia y que ha originado más de un malestar diplomático en el pasado. Además, para un 72% el hecho de que España pida perdón no ayudaría a resolver las cuestiones de desigualdad y discriminación pendientes en México. Apenas un cuarto ve contribución potencial en este frente.
A pesar de que el actual gobierno ha puesto el foco en ese asunto en numerosas ocasiones como causa de algunos de los males de los que se duele el país, una abrumadora mayoría de la ciudadanía asume tanto los problemas como los asuntos favorables del país en que viven como responsabilidad propia y de nadie más. Sin que eso signifique que a la luz de nuestros días no vean los desmanes que se produjeron en aquella colonización con los pueblos originarios, incluso siglos después de la llegada de Cortés a América.
Manteniendo esta vena pragmática, la misma ciudadanía mexicana está de acuerdo en priorizar la relación actual con España sobre disputas pasadas, algo que comparten tres cuartas partes de los encuestados. Aunque esta diplomacia no se traslada necesariamente a una renuncia total a la disculpa que el presidente López Obrador ha venido demandando al gobierno español desde inicios de 2019, sí relativiza y matiza la importancia del perdón entre los mexicanos.
Opiniones divididas sobre la conquista
El escepticismo en torno a la disculpa conecta con una visión nacional poliédrica sobre la conquista de México. El asunto, cinco siglos después divide a la la mitad a los mexicanos. Para un 41%, el saldo del encuentro con los españoles fue negativo, el resto considera que aportó beneficios.
El consenso parece lejano en este asunto, cortado por la dimensión étnica. Los que se identifican como blancos son los más proclives a manifestarse a favor de aquel intercambio entre dos mundos, mientras que dos tercios de los que se autoproclaman indígenas no ven motivo alguno de satisfacción con esa parte de la historia. Entre los mestizos, la mayoría de la población, la división se mantiene. Las enfermedades y la esclavitud son las consecuencias negativas más frecuentemente mencionadas en torno a la conquista. Resulta plausible que el contexto de pandemia ayude a resaltar en la mente de los encuestados cómo la viruela fue una suerte de aliada inesperada y silenciosa de los colonizadores, acabando con un tercio de la entonces populosa Tenochtitlan (unas 80.000 muertes). Sobre lo que consideran beneficioso hay mayor disparidad de criterios y opiniones. La lengua española se considera un buen legado, también la religión católica (aunque un 5% la mete en la casilla de lo negativo) y las técnicas agrícolas.
A pesar de esta ausencia de consenso, en agregado, la opinión sobre España, así como de otros países con mayor o menor ascendencia de poder diplomático, económico o político sobre México, es más positiva que negativa. Ahora bien: esta opinión sobre todos los países, pero particularmente sobre España, cambia significativamente según la identificación étnica del entrevistado. Las visiones “muy buenas” entre mestizos (una mayoría de la población mexicana) e indígenas se vuelven “buenas” sin más en su mayoría.
Estos matices en función de la autoadscripción étnica se trasladan de manera particularmente intensa a la opinión sobre la disculpa. Paradójicamente, no son los pueblos originarios, sino los blancos, quienes muestran una mayor afinidad con la disculpa. De hecho, apenas un 9% de la población indígena y un reducido 11% de la mestiza ven la posible disculpa como necesaria y efectiva para saldar deudas históricas. Un 12% y 17% la considera necesaria, pero no efectiva. Las restantes mayorías en ambos segmentos creen que es innecesaria pero bien recibida o innecesaria pero irrelevante.
Esta aparente contradicción con la opinión menos positiva sobre España se explica quizás por la perspectiva de la que dispone la ciudadanía indígena, más realista y cercana al conflicto presente, y no sólo a su vertiente histórica, que reclama soluciones que van más allá de lo simbólico. Del debate que se abrió en México desde el momento en que López Obrador reclamó una disculpa a la Corona española, y escuchando a las voces de este segmento con sus peticiones que desembocaron en el propio presidente pidiéndoles perdón en mayo de este año, se desprende que la construcción comunitaria en México tiene otras dimensiones que no dependen de una posible disculpa poscolonial. Mientras, a juicio de muchos mexicanos, el perdón parece más un asunto entre blancos.
Metodología y fuentes. Estudio de opinión pública realizado por SIMO México para EL PAÍS entre el 7 y 10 de julio de 2021, con población objetivo de hombres y mujeres mayores de edad (18 años o más) a nivel nacional, muestra diseñada bajo un esquema de muestreo estratificado y levantamiento telefónico. Margen de error estimado en el +/- 3.3%; con un nivel de confianza del 95%.
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