“¿Qué significa una posición favorita? He jugado muchos años de lateral izquierdo, luego de central, en otras posiciones… como central tengo más influencia en el juego…”. Así contestó David Alaba, presentado este miércoles como nuevo jugador del Real Madrid, cuando durante la Eurocopa le preguntaron por dónde le gustaba jugar más. Y ahí, de central zurdo, jugará inicialmente en el club blanco. Le han fichado para ser el primer eslabón del juego de ataque.
Lo que ni el Real Madrid ni el futbolista sospechaban cuando formalizaron el fichaje, allá por el mes de marzo, es que el entrenador del equipo iba a ser Carlo Ancelotti, que ya le tuvo a sus órdenes en el Bayern durante 454 días en la temporada 2016-17 y un par de meses de la siguiente. El técnico italiano utilizó entonces al austriaco preferentemente como lateral izquierdo. En un 78 por ciento de los partidos jugó de lateral, y solo en un 22 por ciento lo colocó como central zurdo. La razón tenía a su peso. Contaba con Hummels y Boateng en plenitud.
La polivalencia del internacional austriaco le ha permitido jugar a lo largo de su carrera, tanto en sus clubes como en la selección, en siete posiciones diferentes. Además de las dos mencionadas, 247 partidos como lateral zurdo y 116 como central izquierdo, ha actuado de interior de esa banda (17); de mediocentro defensivo (10) y ofensivo (68) en un doble-pivote; de interior derecha (4) y de extremo derecha (1). Esta fórmula de jugar a pierna cambiada que le permite perfilarse para el remate con su pie dominante, el izquierdo, curiosamente no ha sido muy explotada por sus entrenadores a pesar de la potencia y precisión que ha demostrado tener con sus disparos con la zurda y como refleja en las acciones a balón parado que ejecuta a la perfección.
Van Gaal, en 2010, le hizo debutar en el Bayern en un partido de Copa como centrocampista y en esa posición jugó toda la segunda vuelta en su cesión al Hoffenheim (2010-11). A esas alturas, el técnico holandés ya declaró públicamente que “Alaba es un gran lateral izquierdo, pero todavía no lo sabe”. Y quien se lo hizo saber fue Heynckes, que le concedió la titularidad en ese puesto (2011-13). En su primer año con Guardiola (2013-14), se mantuvo ahí en el 98 por ciento de los encuentros, pero en los dos siguientes ya comenzó a alternar su posicionamiento entre la banda (58 %), el centro de la defensa (31%) y el centro del campo (11%).
Ancelotti volvió a desplazarlo al costado, como después Niko Kovak hasta ser destituido. Con llegada de Flick, se consolidó el Alaba-central (84%), por un 15 % como centrocampista y solo un uno por ciento como lateral zurdo. Mientras esto sucedía en el Bayern, en su selección alternaba tres posiciones a la vez con un rendimiento parecido pero mucha mayor influencia en el juego colectivo.
Y precisamente esta faceta es la que Ancelotti quiere multiplicar en el Real Madrid. Desde la posición de central zurdo, Alaba va a tener un amplio protagonismo en la salida del balón, indistintamente de cuál sea el posicionamiento táctico del equipo (4-3-3 o 4-2-3-1). Va a ser el líder de la defensa. Tanto a la hora de marcar dónde tiene que defender el bloque, como en el comienzo del balance ofensivo. Domina el juego en corto y se prodiga en los cambios de orientación, que hasta ahora hacía Sergio Ramos. En el Bayern ya asumía este rol de organizador. Con la posesión, se convertirá en un segundo mediocentro a la altura de Casemiro, pero será suya la responsabilidad de iniciar el juego.
Estas últimas temporadas, Zidane depositaba esa confianza en Kroos y Modric, mientras que Casemiro adelantaba su posición para estar preparado para una segunda acción o la recuperación en caso de pérdida. La labor creativa parece predestinada ahora para el austriaco. Su energía, notable condición física y su buen entendimiento de la materia le permiten ocupar una zona de influencia mayor y Modric y Kroos podrán ver reducidos sus esfuerzos defensivos al tener menos campo de recorrido.
Alaba está acostumbrado a jugar con una defensa alta y con el lateral de su banda muy adelantado. Tiene mecanizada la basculación hacia ese costado y su experiencia le permite dominar con autoridad los espacios, achicando siempre hacia delante. A veces, se complica la vida por su obsesión de intentar anticipar siempre y quedarse entonces descolocado en caso de que no prospere su recuperación.
Posiblemente su principal defecto sea el juego aéreo. Consciente de ello no suele prodigarse en las disputas aéreas (47,8 perdidas la temporada pasada) y deberán ser Casemiro o el otro central (Militao o Nacho) los que busquen esos balones divididos por alto. Zurdo cerrado, se defiende bien con la derecha para los pases de seguridad y apoyos en corto. En cuanto tiene línea de pase busca la profundidad y sus elegantes conducciones con el balón permiten estirarse al equipo con transiciones rápidas. Su eficacia a balón parado es una alternativa goleadora más.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.