Antes de que sus próximas apariciones públicas destaran los rumores, Carrie Symonds ha decidido hacer público su segundo embarazo. Lo ha hecho a través de su cuenta privada de Instagram a la que tienen acceso algunos medios británicos, que solo cuenta con poco más de cinco mil seguidores, y la imagen de un pequeño carrito de bebé. “Esperamos a nuestro segundo hijo esta Navidad”, escribía en la publicación. Aunque el término empleado ha sido ‘rainbow baby’, una expresión anglosajona que se utiliza para referirse a los bebés nacidos tras un aborto. Symonds confesaba en el mismo post que perdió al hijo que estaba esperando a principios de este año. “Los temas que tienen que ver con la fertilidad son duros para mucha gente, sobre todo al enfrentarse a plataformas como Instagram, donde todo para que siempre está bien”, explica la esposa del Primer Ministro, que confiesa “estar feliz, pero también ser un manojo de nervios”. Pese a mantener un perfil extremadamente discreto, Symonds ha querido compartir esta experiencia personal por “si sirve de consuelo a otros que hayan pasado por lo mismo. Para mí fue reconfortante escuchar los testimonios de otras personas”, cuenta.
Este será el segundo hijo de la pareja. El primero, Wilfred, nació a finales de abril de 2020, en el punto más álgido de la pandemia y pocos días después de que a Boris Johnson le dieran el alta hospitalaria tras semanas batallando contra el coronavirus. De hecho, el nombre completo del bebé es Wilfred Lawrie Nicholas, los dos primeros por sus respectivos abuelos y el tercero, Nicholas, en homenaje al médico que salvó la vida de Johnson. El Primer ministro tiene cuatro hijos más de su anterior matrimonio con la abogada Marina Wheeler.
Boris Johnson y Carrie Symonds oficializaron su relación en 2018, pese a que los rumores apuntan a que ya eran pareja cuando Johnson aún estaba casado con Wheeler. La ex relaciones públicas del Partido Conservador se mudaba a Downing Street a principios de 2019, y se convertía en la primera pareja de un Primer Ministro británico que vivía en la residencia oficial sin haber contraído matrimonio. El pasado mayo se casaron finalmente, en un ceremonia casi secreta en la Catedral de Westminster frente a solo una treintena de invitados. Se cumplía así un curioso nuevo hito: desde que Lord Robert Jenkinson se casara con Mary Chester en 1822, ningún Primer Ministro británico se había casado durante su mandato.
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