Arabia Saudí ha ejecutado a 40 personas entre enero y julio de 2021, más que durante todo el año anterior, denunció este martes Amnistía Internacional (AI). Según un informe presentado por la organización de derechos humanos, este incremento obedece al final de la presidencia saudí del G-20, que la monarquía del Golfo cedió en diciembre de 2020 a Italia. El descenso de ejecuciones registrado durante 2020 se debió a una “operación de relaciones públicas” de las autoridades saudíes, de acuerdo con el texto de AI.
“Después de que se produjera una reducción del 85% en el número de ejecuciones registradas en 2020, al menos 40 personas han sido condenadas a muerte de enero a julio de 2021, más que en todo el año anterior”, indica AI en el informe titulado Arabia Saudí: Represión de la libertad de expresión tras la presidencia del G20. El mes pasado, la Organización Europea-Saudí para los Derechos Humanos (ESOHR) ya había informado de que Riad había superado la cifra de ejecuciones de todo 2020, que fue de 27.
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“Tan pronto como se desvaneció la atención sobre Arabia Saudí por el G20, las autoridades reanudaron su despiadada persecución a quienes se atreven a expresar sus opiniones libremente o criticar al gobierno”, indicó en un comunicado la directora adjunta de AI para Oriente Medio y el Norte de África, Lynn Maalouf.
“El breve respiro en términos de represión coincidiendo con la presidencia saudí de la cumbre del G20 del pasado noviembre indica que las ilusiones de reforma no eran más que una campaña de relaciones públicas”, continuó Maalouf.
La organización internacional apoya esta acusación en que, según refleja su informe, el reino saudí incrementó las ejecuciones inmediatamente después de abandonar la presidencia del G-20. Nada más entregar el testigo de ese cargo, Arabia Saudí aplicó la pena capital a nueve personas, solo en ese mismo mes de diciembre, sostiene Amnistía.
Según el grupo de derechos humanos, las condenas a muerte se dictaron además después de juicios manifiestamente injustos, empañados por denuncias de torturas durante la detención preventiva, que condujeron a “confesiones forzadas que la fiscalía no investigó sistemáticamente”. Esto incluyó la ejecución en junio de 2021 de un hombre por delitos que cometió cuando era menor de 18 años, aunque el reino asegura que ha abolido las penas de muerte para muchos delitos cometidos en la infancia.
En febrero de 2021, el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, prometió que Arabia Saudí adoptaría nuevas leyes y reformaría las actuales para “apuntalar los principios de la justicia, imponer la transparencia” y “proteger los derechos humanos”. Sin embargo, las autoridades todavía no han publicado ninguna información acerca de la materialización de dichas promesas de reforma, de acuerdo con AI.
Más represión contra activistas y opositores
“La tan esperada liberación en 2021 de las destacadas defensoras de los derechos humanos Loujain al Hathloul, Nassima al Sada y SamarBadawi se vio empañada por restrictivas medidas, entre ellas, la prohibición de viajar durante cinco años y la posibilidad de ser arrestadas de nuevo en cualquier momento, ya que sus condenas, a pesar de haberse suspendido, no se han anulado”, apuntó la organización.
En el informe, Amnistía también afirma que se ha incrementado la represión contra activistas de derechos humanos y disidentes. Se refiere a los casos de 13 activistas que fueron procesados, condenados o cuyas sentencias fueron ratificadas tras lo que, según el grupo de derechos humanos, fueron juicios manifiestamente injustos ante el Tribunal Penal Especializado (TCE).
Al menos 39 personas se encuentran entre rejas por su activismo, su labor en pro de los derechos humanos o por haber expresado disidencia en Arabia Saudí, denunció también la organización.
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