El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) celebró el pasado fin de semana sus primarias abiertas para las elecciones locales y regionales del próximo noviembre con una baja participación, apenas un 17,5%, y en medio de un gran escepticismo. El proceso para escoger candidatos a gobernadores y alcaldes fue precedido por disputas y divisiones, a las que han seguido una estela de denuncias de irregularidades y descontento entre las bases chavistas.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez, en sus llamados a votar, se refirió al PSUV como el partido más grande de América Latina y de Venezuela, mientras el presidente Nicolás Maduro había cifrado en ocho millones los militantes de la formación política. Sin embargo apenas votaron 3,5 millones de personas, según las cifras del partido, pese a que las urnas estuvieron abiertas hasta la noche para todos los inscritos en el registro electoral.
Diosdado Cabello, vicepresidente del PSUV y diputado de la Asamblea Nacional, calificó de exitosa la jornada y aseguró que debía ser tomada como un ejercicio para las elecciones del 21 de noviembre. En la madrugada del lunes comenzaron a darse algunos resultados. En 15 de las 23 gobernaciones el chavismo ya tiene candidatos. En los otros ocho estados el partido tendrá que evaluar, porque ninguno de los aspirantes logró el requisito de superar el 40% de los votos y tener 10 puntos de diferencia con el segundo. Cabello explicó que donde las diferencias son muy cerradas, el partido tomará la decisión de quién es candidato. “En el reglamento está que haber sido electo no significa ser el candidato. Aquí lo estratégico es la revolución y su permanencia en el tiempo”, añadió.
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Los ocho estados que están en revisión son Aragua, Bolívar, Nueva Esparta, Sucre, Trujillo, Cojedes Monagas y Apure. En la mitad de estas regiones, los gobernadores actuales aspiran a la reelección, pero perdieron en las primarias del domingo. En dos de estos hay dirigentes con más de 10 años en sus cargos. El PSUV mantiene un frágil equilibrio de fuerzas que admite muy poca renovación. En tres estados salieron como candidatos los llamados protectores, una figura de contra poder que creó el chavismo para controlar territorios donde había ganado la oposición. Maduro se ha comprometido a eliminar a los protectores tras las elecciones del 21 de noviembre, como una de sus concesiones para dar mayores garantías al proceso.
En la alcaldía de Caracas, sede del poder nacional, resultó electa como candidata la almiranta Carmen Meléndez, que ha ocupado cargos cercanos a Maduro en el Ministerio del Despacho de la Presidencia, en Defensa, como Tesorera de la Nación y ahora como ministra de Interior. Meléndez fue gobernadora en el Estado de Lara en 2017, pero abandonó su cargo para entrar al gabinete. En esta entidad quedó como candidato el almirante que la suple desde entonces. En el Estado Barinas, donde dos Chávez, tío y sobrino, se disputaban el puesto, finalmente resultó electo el hermano del comandante de la revolución, Argenis Chávez.
Dudas en la oposición
Esta semana comenzó la inscripción formal de candidatos para las elecciones de noviembre. El proceso se extenderá hasta finales de agosto y en septiembre se podrán hacer modificaciones. La oposición aún no ha definido si participará unida en el proceso. Dirigentes de tres de los cuatro partidos del llamado G4, donde se reúne la mayor fuerza política en torno a Juan Guaidó, han manifestado interés en participar. Voluntad Popular, la formación de Leopoldo López, que está asilado en Madrid, todavía no se ha expresado abiertamente.
Esta semana está previsto que se reúnan las delegaciones de Maduro y de distintos sectores de la oposición en México para iniciar un nuevo intento de diálogo, bajo la mediación de Noruega. Uno de los aspectos que ha exigido negociar la oposición son mayores garantías para unas elecciones libres y justas. Aunque el Gobierno ha hecho algunas concesiones, todavía hay candidatos inhabilitados y más de 300 presos políticos, entre ellos Freddy Guevara, colaborador cercano de Guaidó e interlocutor en las reuniones preparatorias al diálogo. Guevara cumple un mes detenido en la sede del servicio de inteligencia venezolano. Su defensa ha denunciado que tiene problemas de salud derivados de una afección cardiaca y que se le ha negado la atención médica.
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