Mercurio es el planeta del Sistema Solar más cerca al Sol. A continuación hemos seleccionado las principales curiosidades sobre él.
Es tan grande como Estados Unidos
Mercurio es un planeta muy pequeño. Su diámetro es de 4.876 kilómetros, así que tiene el tamaño aproximado de Estados Unidos. Para hacernos una idea de lo que esto supone, el planeta Tierra tiene un diámetro de 12.742 kilómetros.
Su núcleo está formado por hierro
El núcleo de Mercurio es enorme ya que ocupa el 75% de su radio, de manera que la corteza es muy fina, como si fuera el envoltorio de un caramelo. A pesar de que su tamaño es muy inferior al de la Tierra, es el segundo planeta más denso del Sistema Solar. Su núcleo se compone mayoritariamente de hierro.
No tiene lunas
Uno de los datos más curiosos de Mercurio es que no tiene ni un solo satélite natural. Según han averiguado los científicos, esto se explica por tres factores: su pequeño tamaño, su baja gravedad y su delgada atmósfera. Tampoco tiene estaciones porque su eje apenas está inclinado.
Un año dura 88 días… Y un día 176 días
El tiempo que tarda Mercurio en dar una vuelta completa al Sol es de 88 días, así que esto es lo que dura un año. Ahora bien, necesita 176 días para completar un ciclo de amanecer-anochecer y 58 días para finalizar una rotación.
Tiene cientos de cráteres
Mercurio es el planeta del Sistema Solar con mayor número de cráteres. Su atmósfera es muy fina y delgada, así que a lo largo de la historia han impactado contra su superficie miles de cometas y asteroides. El cráter más grande del que se tiene constancia recibe el nombre de Caloris. Fue descubierto en el año 1974 y tiene 1.550 kilómetros de diámetro.
Las temperaturas son extremas
Mercurio se encuentra muy cerca del Sol, de manera que durante el día las temperaturas en la superficie pueden alcanzar los 450 grados. Ahora bien, lo más sorprendente de todo es que, cuando cae la noche, las temperaturas se desploman hasta los 170 grados. Es el planeta del Sistema Solar con mayor fluctuación de temperatura.
Tiene cola
Y, por último, cabe señalar que la exosfera de Mercurio es una atmósfera muy delgada en la que las moléculas y los átomos están tan separados que es más probable que se estrellen contra la superficie antes de que choquen entre ellos. El material procede en su mayor parte de la propia superficie de Mercurio.
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