Descubre cuál es el veneno más letal del mundo y dónde se encuentra

Cuando hablamos del veneno más letal del mundo solemos pensar que podría encontrarse en la naturaleza. Existen animales muy peligrosos como ciertos tipos de serpientes, arañas o incluso algunas toxinas de sapos. La realidad es que este veneno letal poco el mundo conoce su nombre real, aunque nos sorprendería por la cantidad de aplicaciones que tiene en la actualidad. Una de ellas, el botox.

Hace mucho tiempo que se consideró como el veneno más letal del mundo al arsénico. Este veneno se ha utilizado a lo largo de la historia con fines poco lucrativos y era una forma de matar muy extendida en el mundo. Sin ir más lejos personajes históricos como Simón Bolívar o Napoleón, murieron a causa de la ingesta de este tipo de veneno.

Pero con los años, los científicos han descubierto que existe otro tipo de sustancia mucho más peligrosa. Se trata de la toxina botulínica, que es producida por una bacteria conocida como Clostridum botulinum.

Esta bacteria se encuentra en pequeñas cantidades en el botox. Esta bacteria es hasta 600 veces más peligrosa que algunos compuestos artificiales que el propio ser humano ha creado, y se estima que un solo gramo de esta toxina botulínica sería capaz de matar a un millón de cobayas en un instante.

¿Qué es la toxina botulínica?

La toxina botulínica ha sido declarada arma de destrucción masiva por la Convención de Ginebra y la Convención de Armas Químicas. Su letalidad es muy alta, aunque desde que se descubrió el antídoto, los casos de muerte se redujeron en un 20%.

Se compone de siete cepas diferentes: A, B, C, D, E, F y G. Solo las cepas que producen más de un tipo de toxina (C y D) son capaces de desarrollar la toxina botulínica y con ello el veneno más letal del mundo. Aunque es en raras ocasiones, la cepa F también podría desarrolla la toxina letal.

Este veneno causa botulismo, una enfermedad que afecta como parálisis muscular progresiva que afecta a la función respiratoria. Su nombre proviene del latín, ‘botulus’, que significa embutido y fue acuñado por primera vez en el siglo XIX tras una intoxicación masiva por la ingesta de salchichas.

La ciencia siempre ha estado muy interesada en este tipo de toxina ya que puede tener múltiples aplicaciones. La más conocida es el botox y tratamientos cosméticos, aunque también se utiliza para el tratamiento del estrabismo, o incluso las migrañas. 

La utilización en el botox no es otra que la cepa A que se utiliza para paralizar la aparición de las arrugas.

 


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