En plena era digital, prácticamente a diario conocemos nuevos retos que no tardan en hacerse virales en redes sociales. Algunos son divertidos y nos enfrentamos a ellos con gusto, pero hay otros, como el de comer miel congelada, que son muy peligrosos. El desafío ha sido bautizado como ‘Frozen Honey’, que significa literalmente ‘Miel Congelada’.
Se trata de un reto que se ha convertido en tendencia en la última semana, y los expertos alertan de los numerosos peligros que conlleva para la salud. Llevarlo a cabo es lo más sencillo del mundo: es tan sencillo como comprar miel envasada en una botella de plástico y meterla en el congelador durante al menos 12 horas.
Una vez transcurrido el tiempo, se ingiere mientras, por supuesto, se graba la «hazaña» para compartirla en redes sociales. El creador de este desafío es Daveyrz, un tiktoker con más de 5,5 millones de seguidores. Suele compartir contenido con sustancias viscosas, así que un día decidió probar a comer miel congelada.
En el vídeo se puede apreciar cómo aprieta la botella recién salida del congelador y le da un mordisco a la miel, la cual tiene una textura viscosa, muy similar a la de la pasta de dientes. Luego, el tiktoker añade diferentes colorantes a la miel para hacer el vídeo más «divertido».
@daveyrz @jorimezuda I still need to do a Boba one #frozenhoney
♬ original sound – Davey
Parece que lo de comer miel congelada ha gustado y mucho en redes sociales, y otros tiktokers se han unido al desafío.
Pero, ¿cuáles son los peligros de comer miel congelada? La dietista Sarah Rueven ha hablado con el diario ‘New York Times’ y ha sido muy clara al respecto. Tal y como ha explicado, comer miel en grandes cantidades puede acarrear muchos efectos negativos como dolor de estómago, diarrea, vómitos y problemas dentales por el alto contenido en azúcar.
«Cuando comes algo que tiene tan alto contenido de azúcar, vas a tener una respuesta de insulina igualmente alta»
Por lo tanto, por muy divertido que parezca para hacer un vídeo viral y ganar seguidores en redes sociales, lo cierto es que no merece la pena jugarse la salud.
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