Stonehenge es un monumento megalítico ubicado en el condado de Wiltshire (Inglaterra). En base a los estudios realizados, todo apunta a que su origen data de entre los años 3100 a.C y 2000 a.C, y actualmente está proclamado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Algo que llama mucho la atención sobre el monumento es que más de 5.000 años después se mantenga en perfecto estado. Pues bien, un equipo de científicos ha revelado por qué Stonehenge es indestructible.
La investigación, a cargo de un equipo internacional liderado por el profesor David Nash, profesor de geografía física en la Facultad de Ciencias Aplicadas de la Universidad de Brighton, ha sido publicada en la revista ‘PLoS ONE’.
Para llevar a cabo el análisis, tomaron como muestra la Piedra 58, una de las varias que se cayeron del monumento a mediados del siglo XX tras aparecer una grieta. Para conservar la piedra, se perforaron tres agujeros para insertar varillas de metal.
Cuando analizaron una pequeña sección del núcleo en la década de los años 50, los científicos hallaron que la estructura del sarsen de granos de cuarzo estaban firmemente cementados entre sí gracias a un mosaico entrelazado de cristales de cuarzo. Esto era lo que hacía que la piedra fuera impermeable y resistente a la erosión.
A través de un comunicado, el profesor Nash ha asegurado que como científico es extremadamente raro tener la oportunidad de trabajar como muestras de tanta importancia a nivel internacional. Stonehenge está sometido a protecciones legales muy estrictas, así que acceder a este tipo de material es un verdadero orgullo: «Obtener acceso al núcleo perforado desde la piedra 58 fue el Santo Grial de la investigación».
Con un peso 2.000 kilos y una altura de 7 metros, los sarsens componen las 15 piedras de la herradura central del monumento, además de las piedras periféricas como la Heel Stone, entre otras. De los 80 sarsens originales, 52 permanecen en Stonehenge a día de hoy.
En 2020 el profesor Nash publicó una investigación pionera en la que, utilizando como muestra el conocido como núcleo Phillips, demostró que la gran mayoría de las piedras sarsens provenían de un lugar ubicado a 25 kilómetros de distancia. Esta nueva investigación geológica puede ser la clave para continuar rastreando las fuentes de las piedras que quedan.
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