Cuando hablamos de un salmista nos referimos a una persona que es músico, compositor y cantante que desarrolla su función dentro del ámbito de la comunidad cristiana. Aunque esta definición se quedaría corta ya que para el mundo cristiano y de la fé, un salmista llegaría a ser mucho más que un simple orador de salmos.
Se trata de una persona que vive y su forma de vida se refiere a los Salmos del cristianismo. Esto quiere decir que el salmista vive conforme a la Palabra de Dios y todos sus prefectos. Su vida gira alrededor de la palabra de Dios, no solo a través de su música o sus composiciones musicales.
La vida de un salmista
El salmo es la forma de comunicación musical que tiene el hombre con con Dios. Se cuenta que la canción viene del hombre a Dios y viceversa, teniendo grandes personajes representativos de la palabra de Dios a través de los salmos.
Según los textos antiguos, el rey David fue uno de los grandes y reconocidos salmistas de la historia ya que predicaba la palabra de Dios en la Tierra a través de su música en forma de salmos. Este rey creó una orquesta especializada en los salmos cristianos que la componían 4.000 músicos levitas, de los cuales 228 eran salmistas que ejercían un acto de alabanza y adoración al reino del Señor.
Un salmista hoy
En la actualidad, un salmista es mucho más que un simple cantante o músico de la Palabra de Dios. En pleno siglo XXI, el salmista es un mero conductor de la palabra a través de los salmos, su función es crear una atmósfera idónea para mover al Espíritu Santo.
Se dice que los salmistas tienen una función real de la fé en el mundo terrenal. Tocan música y profetizan la palabra que trae Dios al servicio de los hombres. Se trata de los músicos de Dios que intentan transmitir sus valores a través de los salmos y la música cristiana.
Buscan la excelencia a la hora de transmitir la palabra, de tocar su instrumento y de predicar la palabra de Dios. Deben estar en continua confesión con Dios y su música, además de transmitir los valores de los salmos a través de su música y su cantar.
Lo importante en la labor del salmista no es otra que, cuando canten la palabra de Dios, lo importante sea la enseñanza y la música y su voz, por muy bonita que sea, debe quedar en un segundo plano.
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