Durante años fueron una de las parejas de oro de Hollywood y su unión dio lugar a una marca común, Brangelina, pero desde que anuciaron su divorcio, en 2016, Brad Pitt y Angelina Jolie protagonizan uno de los procesos de separación más enconados. Mientras él pide revisen el acuerdo logrado de custodia compartida, el pasado marzo, ella le acusó de maltrato infantil y violencia de género. Ahora, en una entrevista en The Guardian Weekend, la actriz, de 46 años, asegura que temió por la seguridad de sus hijos, “de toda su familia” y arremete contra la justicia estadounidense que, en su opinión, no garantiza los derechos de los niños. En el proceso legal que mantiene abierto contra Pitt por la custodia de sus hijos, el juez desestimó que estos declarasen, tal y como ella había pedido. “Un niño en Europa tendría más posibilidades de tener voz en los tribunales que un niño en California. Eso me dijo mucho sobre este país“, sentencia.
A punto de estrenar este otoño una nueva película —Eternals, de la factoría Marvel—, la conversación gira en gran parte en torno a la labor humanitaria de la artista como Enviada Especial del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados y su empeño en la protección de la infancia, un rol que la ha llevado a escribir una guía para que los jóvenes conozcan sus derechos amparados por la ONU. Un libro, titulado Know your rights —como el nombre la canción de The Clash que lleva tatuado en la espalda—, que ha visto necesario después de haber “conocido a demasiados niños que viven con el efecto de la violación de sus derechos: personas desplazadas, jóvenes víctimas de violaciones…”. Es precisamente en esa línea de discurso, cuando Jolie, en un momento de la entrevista, hace referencia a la situación de los derechos de la infancia en Estados Unidos según su propia experiencia personal, ante lo que el periodista le pregunta qué ocurrió que le hizo temer por los derechos de sus hijos, ante lo que ella responde que no puede hablar sobre ello porque aún está pasando por el proceso legal. “¿Está hablando de su divorcio de Brad Pitt y las acusaciones que ha hecho contra él de abuso doméstico?”, interroga de nuevo el periodista, a lo que ella le dice que ha jurado guardar silencio, aunque acaba asintiendo con la cabeza.
A raíz del regreso de los talibanes al poder en Afganistán y la crisis de refugiados Jolie ha aumentado abriendo por ejemplo una cuenta de Instagram que rompió records en sus primeras horas activa y en la que da voz, entre otros, a una joven afgana que cuestiona su futuro en el país. Centrarse tanto en problemas graves de alcance global, asegura, dificulte en ocasiones darse cuenta de aquellos más cercanos y personaes “porque todo lo demás parece más pequeño”. “No soy el tipo de persona que toma decisiones como las que tuve que tomar a la ligera. Me costó mucho llegar a esa posición en la que sentí que tenía que separarme del padre de mis hijos “. Jolie solicitó el divorcio en noviembre de 2016, cinco días después de que supuestamente Pitt, estando bebido, maltratase físicamente a Maddox, que entonces tenía 15 años. Una decisión que, cuenta, tomó “por la salud de su familia”. Pitt admitió tener problemas con el alcohol y haberle gritado a uno de sus hijos, pero siempre ha negado haberlos maltratado físicamente.
En un capítulo más reciente de la batalla legal que mantienen Jolie y Pitt por sus seis hijos, el actor ha pedido al juez que lleva el caso que revise el acuerdo de la custodia compartida de los menores, según cuenta People, después de que quedase anulado cuando el tribunal apartó al juez que lo dictaminó a petición de su exmujer por considerar que no era imparcial. Para justificar la decisión, el tribunal alegó que el juez John Ouderkirk no había dejado claras las relaciones comerciales que mantenía con el abogado de Pitt.
Más allá de la turbulenta relación que mantiene ahora Jolie y Pitt, la actriz recuerda también en el diario británico a su madre, Marcheline Bertrand, que murió de cáncer de ovarios en 2007. La define como una persona “decente, a quien le molestaba ver a la gente maltratada” y la señala como la responsable de su interés por los derechos humanos, al tiempo que crió a sus hijos “con arte y creatividad”. Bretrand se casó con el padre de Jolie, Jon Voight a los 21 años, dejó su carrera como actriz para cuidar de los pequeños y a los 25 estaba divorciada. “No trató de que me amoldara a ella. Éramos muy diferentes como mujeres (…) Ella vio mi verdadero yo y lo alentó plenamente, y me enseñó a hacer eso con mis propios hijos. Ellos son todos muy diferentes entre sí”, afirma.
Preguntada por sus propios derechos, la actriz afirma en la entrevista que la primera vez que no se sintió respetada en su carrera fue a los 21 años cuando trabajó con Harvey Weinstein en Jugando con el corazón algo que, en su opinión, “no es de extrañar”, al tiempo que afirma que las mujeres a menudo minimizan un asalto si son capaces de escapar. “Si consigues salir de la habitación, piensas que en realidad no lo hizo, pero lo cierto es que lo intentó y el intento ya es un asalto”, dice, aunque evita entrar en detalles sobre el incidente con Weinstein. “Recuerdo que le dije a Jonny, mi primer marido, que fue genial al respecto, que corriera la voz entre otros chicos: ‘no dejeis que las chicas vayan solas con él”, recuerda. “Nunca volví a asociarme ni a trabajar con él. Fue difícil para mí cuando Brad sí lo hizo”, sentencia.
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