Los liberales de Justin Trudeau sostienen una lucha aguerrida contra los conservadores en la campaña federal electoral en Canadá. A poco menos de dos semanas de la cita en las urnas, la mayoría de los sondeos favorecen al Partido Conservador, aunque con cifras muy reñidas. En este cerrado escenario, Trudeau también está teniendo que hacer frente a grupos de manifestantes en varios de sus mítines. Protestan principalmente contra la vacunación y las restricciones derivadas de la pandemia; con una vehemencia y un encono pocas veces vistos en el paisaje político canadiense. Este lunes, Trudeau y su equipo de seguridad recibieron una lluvia de piedras pequeñas antes de abordar el autobús de campaña en la ciudad de London (provincia de Ontario). Trudeau expresó ese mismo día: “No dudaré en seguir luchando por un Canadá donde la gente esté protegida, un Canadá donde la gente siga la ciencia, un Canadá donde podamos evitar otros confinamientos para volver a la vida normal”.
El primer ministro en funciones y jefe de los liberales señaló que la decisión respecto a su participación en cada actividad pública para las elecciones del 20 de septiembre “corresponde a la Policía Montada de Canadá”. Trudeau tuvo que anular un mitin, el pasado 27 de agosto, en Bolton (Ontario), justamente por motivos de seguridad. Asimismo, el Partido Liberal ha dejado de publicar el itinerario de su líder con antelación desde hace algunos días. En octubre de 2019, en el marco de la última campaña federal, Trudeau acudió a un evento con un chaleco antibalas y rodeado de un marcado equipo de seguridad. Las autoridades nunca aclararon la naturaleza de la amenaza.
En distintos mítines, los manifestantes han dedicado amenazas e insultos a Justin Trudeau (con peinetas incluidas y pancartas con la frase “Fuck Trudeau”). También han hecho comentarios racistas y sexistas a algunos agentes de seguridad y miembros del equipo liberal. Además, han tratado de interrumpir los discursos con gritos y percusiones, y su actitud frente a varios medios de comunicación se ha caracterizado por la agresividad. En semanas recientes, grupos que se oponen a la vacunación han protestado frente a hospitales en varios puntos de Canadá.
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El principal argumento citado por Trudeau el 15 de agosto para convocar a las urnas de forma anticipada fue el siguiente: “Los canadienses deben elegir cómo terminamos la lucha contra la covid-19 y reconstruimos de la mejor manera”. Actualmente, el 75% de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna y el 68% tiene ya la pauta de vacunación completa. Pocos días antes del arranque del proceso electoral, el Gobierno federal indicó que todos sus funcionarios deberán estar plenamente vacunados, a más tardar en octubre, al igual que los pasajeros en aviones comerciales, cruceros y trenes interprovinciales. Quebec puso en marcha este 1 de septiembre un pasaporte de código QR para que las personas con pauta completa de vacunación puedan tener acceso a diversas actividades no esenciales. Columbia Británica hará lo propio a partir del día 13 y Ontario el 22.
Los partidos de oposición han dicho que el llamamiento a las urnas de Trudeau fue una decisión “egoísta” e “innecesaria”. Sin embargo, han condenado lo ocurrido en los mítines del liberal. Jagmeet Singh, jefe del Nuevo Partido Democrático (centro-izquierda), ha señalado que el proceder de los manifestantes es “inaceptable”. Erin O’Toole, líder del Partido Conservador y principal rival de Trudeau, catalogó el incidente en la ciudad de London como “repugnante” a través de Twitter, subrayando que la violencia política “nunca tiene justificación”. Algunos de los individuos que han repudiado a Trudeau en los mítines han exhibido carteles del Partido Popular de Canadá (de corte libertario), pero otros más han portado camisetas del Partido Conservador. Por dicha razón, O’Toole ha expresado en repetidos momentos que la gente que protesta de esta forma no tiene cabida en su agrupación. El 30 de agosto, en una declaración no exenta de polémicas, Yves-François Blanchet, líder del Bloque Quebequés, señaló que estas acciones en varios de los eventos de Justin Trudeau son “deplorables en el fondo y la forma”, pero sugirió a Trudeau de ser “más moderado en la manera en que presenta sus ideas” y de no “echar leña al fuego”.
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