La llamada llegó a las tres de la madrugada de este viernes. El mensaje corto y sencillo. “Esté a las 10 de la mañana en el hotel Serena con sus hijos”. Después de días de zozobra, Zahida iba a poder regresar a su hogar y reunirse con su marido en Estados Unidos. Era el final de una visita a la familia que se había convertido en una pesadilla. Siete horas después de la cita, la mujer y los niños estaban sentados en un avión de Qatar Airways esperando el despegue, junto a otro centenar de personas en circunstancias parecidas a las suyas.
Zahida había llegado a Kabul con sus cuatro hijos en junio para que los críos, de entre tres y diez años, conocieran a sus abuelos, tíos y primos. La idea era pasar el verano en Afganistán, entre la capital y Nangarhar, la provincia de la que la familia es originaria. Tenían billete de regreso para el 22 de agosto. Como tantos otros se quedaron en tierra cuando los talibanes tomaron Kabul y el ejército de Estados Unidos se hizo con el control del aeropuerto para evacuar a sus nacionales, a ciudadanos de otros países occidentales y los afganos que habían colaborado con ellos.
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La mujer se sintió atrapada. Aunque dispone de pasaporte estadounidense, se encontraba de visita y no estaba incluida en ninguna de las listas. Zahida se nacionalizó americana a raíz de que en 2014 su marido, que había trabajado para EE UU, emigrara con un visado especial. Se trasladó con él y allí nacieron tres de sus hijos.
A las 9.30, media hora antes de lo previsto, su hermano les depositaba a ella y a los cuatro niños en el hotel Serena. “Había un montón de gente de Estados Unidos, de Alemania, Francia, Holanda… todos afganos con doble nacionalidad”, explicaba el hombre satisfecho de verles marchar. La víspera, un primer avión de la compañía de bandera catarí sacó de Kabul a otro grupo de ciudadanos afganos y extranjeros, la mayoría de Estados Unidos.
Como la víspera, el avión de Qatar Airways, un Boeing 777, llegó por la mañana con ayuda humanitaria y salió a media tarde con el pasaje. Qatar ha ayudado, junto con Turquía en la reparación del aeródromo que quedó inutilizado tras la salida de las tropas estadounidenses el pasado 30 de agosto. Los talibanes, deseosos de recuperar la conectividad aérea han retirado el nombre de Aeropuerto Internacional Hamid Karzai y revertido al antiguo, Aeropuerto Internacional de Kabul.
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