La construcción de piscinas está prácticamente parada. Los fabricantes de tablas de surf decepcionan a clientes que sueñan con hacer piruetas en las olas. Las listas de espera para embarcaciones nuevas se prolongan durante meses. Hay un culpable común: la fibra de vidrio.
El material liviano y brillante se usa en tantos productos comunes para exteriores que es difícil imaginar un verano sin este suministro. La cadena de abastecimiento muestra cómo fuerzas más amplias del comercio internacional y de la oferta y la demanda se han propagado a través de diversas industrias en el último año, lo que elevó los precios y ralentizó el comercio.
La fibra de vidrio se fabrica expulsando hilos de vidrio medidos en micrones que luego son combinados y tejidos de varias maneras. Algunos fabricantes de piscinas utilizan exclusivamente
fibra de vidrio. La mayoría de las tablas de surf incluyen un núcleo de espuma envuelto en fibra de vidrio y resina, y los cascos de la mayoría de los barcos modernos también están construidos con esos materiales compuestos. La fibra también se utiliza en repuestos de automóviles y vehículos recreativos, entre otras cosas.
Las fábricas se han visto perjudicadas por la escasez de tela de fibra de vidrio y resina de viniléster líquido, que son más costosas y difíciles de encontrar. Algunos minoristas están rechazando a clientes, muchos de los cuales recurrieron a la recreación al aire libre para hacer frente a la pandemia.
“Es muy doloroso tener que decirle a la gente que no pueden operar sus negocios porque no se les puede dar materia prima, ni indicarles dónde pueden conseguirla”, dijo Kent Wooldridge, presidente de la Asociación de Fabricantes Marítimos Unidos de EE UU, un grupo que ayuda a productores independientes de embarcaciones y piscinas. Si alguien tiene materias primas, dijo, “cobran cantidades desorbitadas”.
Los proveedores están abrumados. Los nuevos aranceles y los daños a las plantas químicas productoras de resina causados por las tormentas invernales en Texas fueron “catástrofes”, dijo
Duke Aipa, presidente del fabricante de tablas Aipa Surf. EE UU es responsable de una parte mínima de la producción de fibra de vidrio del mundo y depende de suministros baratos de China.
Pero el comercio se vio obstaculizado por la política comercial de línea dura de la Administración Trump. En 2018, EEUU impuso un arancel del 25% a telas y resina de fibra de vidrio importadas.
En respuesta, los fabricantes chinos desviaron el suministro hacia su mercado interno y aumentaron los precios de exportación. El país ya había comenzado a priorizar materiales para uso estratégico como sistemas eólicos generadores de electricidad, que tienen fibra de vidrio en las aspas de las turbinas.
La pandemia exacerbó aún más los desafíos de la cadena de suministro cuando las plantas chinas de fibra de vidrio cerraron y se disparó la demanda mundial de productos recreativos. La situación se agravó por el mal tiempo que azotó el centro de la producción petroquímica de EE UU.
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