Los talibanes aseguraron este martes que Afganistán es un país seguro desde que llegaron al poder, poniendo fin a dos décadas de guerra con la toma de Kabul el pasado 15 de agosto, por lo que más que nunca está listo para las inversiones.
“Se ha restablecido la seguridad en todas las provincias del país, no hay combates, inseguridad, ni violaciones. Esta es una clara señal de que Afganistán es seguro y está abierto a la inversión”, dijo en una rueda de prensa el ministro de Exteriores del nuevo Gobierno interino talibán, Amir Khan Muttaqi.
El ministro enfatizó que el nuevo régimen quiere que la población afgana viva en paz y en seguridad para garantizar una “transformación positiva del país”, en la que puedan contar con el apoyo de la comunidad internacional.
“Si (la comunidad internacional) está dispuesta a reconocer al régimen gobernante, será bienvenida por nuestra parte. Tenemos el control total de nuestro territorio, no hay ataques ni violencia“, agregó Muttaqi.
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Dentro de ese reconocimiento, y como establecía el histórico acuerdo firmado en Doha en febrero del año pasado entre los talibanes y Estados Unidos, que marcaba el fin de la ocupación extrajera de Afganistán, Muttaqi remarcó que todos los miembros del régimen deber ser “eliminados de la lista negra” de la ONU.
Derechos humanos
El mandatario aclaró que tras la toma de poder por parte de los talibanes, atendieron “inquietudes y sugerencias” de otros países, preocupados sobre cómo se iba a llevar a cabo la gestión interna de Afganistán, sobre todo en materia de derechos humanos.
En este sentido, señaló que “el Gobierno (talibán) es totalmente inclusivo, tiene una clara representación de todo el pueblo afgano (…) en todos los modos de vida”, y remarcó que, no obstante, se trata de un Gobierno de carácter provisional, que se mantendrá hasta dar con la “fórmula definitiva” de gobierno.
Muttaqi añadió que “cada una de las medidas se decidirá con tiempo, no hay fecha límite para ello”, por lo que aún no se sabe cuándo podrían producirse cambios en el Gobierno o el panorama político.
El ministro trató la preocupación de la comunidad internacional en materia de derechos humanos, en especial sobre los de la mujer, y apuntó que “por la gracia de Dios, tenemos nuestras tradiciones establecidas“, por lo que “todas las dudas planteadas por algunos países no solo son injustas, sino que no son aceptables”.
“Estamos comprometidos con todos los principios internacionales que no están en contradicción con los principios islámicos y los intereses nacionales afganos y tratamos de tener buenas relaciones con el mundo respetando esos (principios). No tenemos ningún problema al respecto”, remarcó.
Asimismo, “pedimos a la comunidad internacional que no interfiera en nuestros asuntos internos”, zanjó Muttaqi.
En la mente de muchos está lo sucedido durante el pasado régimen talibán, entre 1996 y 2001, cuando las mujeres fueron relegadas al interior de sus hogares y se les impedía trabajar o estudiar, algo que por ahora no se ha repetido, aunque sí se han multiplicado las restricciones en relación a la vestimenta o a la separación por sexos.
EFE
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