Como si de una película de ciencia ficción se tratase, el multimillonario Marc Lore ya tiene su arquitecto, el danés Bjarke Ingels, para la ciudad más vanguardista y futurista que veremos nacer en los próximos años. O por lo menos, así es como la vende. Telosa está llamada a ser un nuevo hito de la ingeniería humana si llega a construirse en mitad de un desierto de Estados Unidos.
Vanguardista, ecológica, sostenible y solidaria, es la idea de partida de esta nueva urbe que podrá albergar hasta 50.000 personas en el año 2030, fecha en la que se espera esté totalmente terminada.
¿Cómo será Telosa?
La ciudad del futuro de Telosa ocupará 600 kilómetros cuadrados situada en uno desierto, aún por determinar, en algún lugar de Estados Unidos. Parten como posibles emplazamientos Nevada, Utah, Idaho, Arizona, Texas y la región de los Apalaches.
En uno de estos lugares se construirá Telosa, que mirando a Aristóteles, filósofo que utilizó por primera vez esta palabra, significa «propósito supremo».
«Telosa estará unificada por su propósito fundacional: crear un futuro más equitativo y sostenible» comentan en su página web oficial. Y es que la ciudad del futuro aspira a ser la urbe perfecta, donde hombre y medioambiente convivan en perfecta armonía.
Esta urbe será la más sostenible del planeta, diseñada desde cero que mejorará la calidad de vida de las personas que la habiten. Menos ruido, seguridad ambiental, eficiencia económica, cero contaminación, son los propósitos fundacionales de Telosa que priorizarán el desplazamiento en bicicletas en lugar de en coche: «las calles de Telosa priorizan bicicletas y peatones. Los coches autónomos de movimiento lento comparten la calle de forma segura con las personas y la naturaleza».
En el centro, la gran torre de observación, Equitism, que se erigirá como símbolo de la ciudad que pretende ser abierta para visitantes, y promete una democracia participativa transparente «con un fuerte compromiso de participación de los habitantes».
Según los creadores, las viviendas serán «asequibles y sostenibles» adaptadas a todo tipo de bolsillos, «fomentando una comunidad más unida» comentan los responsables.
Educación
Un último sector al que dan mucha importancia los arquitectos y fundadores de Telosa es la educación que recibirán los futuros habitantes de la ciudad. Habrá inversiones donde se garantizarán el acceso a todos los estudiantes a maestros y recursos de calidad, y existirán «programas integrales de capacitación y actualización de habilidades para preparar a las personas para trabajos duraderos y bien remunerados».
En 2030, Telosa pretende estar funcionando para mejorar la vida de sus primeros 50.000 habitantes, aunque no se descarta que pudieran ser más.