Facebook admite en documentos internos que Instagram es tóxico para muchas adolescentes

Aplicación de Instagram en un teléfono inteligente.
Aplicación de Instagram en un teléfono inteligente.picture alliance / dpa/picture alliance via Getty I

Facebook ha realizado en los últimos tres años estudios internos sobre la toxicidad de Instagram, una red social de la compañía. Los resultados concluyen que es perjudicial para un grupo sustancial de usuarios, sobre todo las adolescentes. “Un 32% de las chicas dicen que cuando se sienten mal con su cuerpo, Instagram les hace sentir peor”, dice uno de los informes, de marzo de 2020. Los documentos contrastan con las declaraciones públicas que han hecho el fundador de la compañía, Mark Zuckerberg, y Adam Mosseri, jefe ejecutivo de Instagram, en las que han tendido a relativizar el peligro de la plataforma para la autoestima de sus usuarios.

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Los detalles surgen de una investigación del periódico estadounidense The Wall Street Journal llamada Los archivos de Facebook. La información sobre Instagram es la segunda entrega. La primera salió este lunes y revelaba la existencia de un grupo de cinco millones de usuarios célebres de Facebook que no están sometidos a los mismos criterios de moderación que el resto. Si un usuario normal de Facebook escribe algo explícitamente violento o enseña un desnudo, la red suprime la publicación. Con estos usuarios vips, la moderación toma más tiempo o ni siquiera se aplica, en buena parte para evitar publicidad negativa entre sus seguidores y el eco de la prensa.

El hilo que une las dos entregas del Journal es la distancia entre lo que Facebook dice en público y los complejos debates internos con datos propios. Una de las grandes quejas externas a Facebook y otras redes sociales cuando hay un escándalo es el que solo ellos saben qué ocurre en realidad. Aunque investigadores o periodistas desde fuera intentan averiguar el impacto de unas redes tan grandes, las limitaciones, sobre todo por falta de acceso a datos y de financiación, suelen ser notables. Por si fuera poco, la semana pasada se supo que en una de las grandes colaboraciones de Facebook con investigadores académicos, los datos que la compañía compartía estaban mal.

El caso de Instagram y las adolescentes es especialmente sangrante porque afecta a un grupo más delicado, que en público la compañía insiste en defender. Pero Instagram es la gran puerta de acceso de la empresa a los menores, que apenas usan Facebook: un 40% de usuarios de Instagram en Estados Unidos tiene menos de 22 años, según el Journal.

Zuckerberg dijo hace unos meses: “La investigación que hemos visto es que usar aplicaciones sociales que te conectan con otra gente puede tener beneficios mentales positivos”. La palabra “puede” en la frase del fundador de Facebook oculta una enorme cantidad de espacio: es cierto que hay usuarios que valoran Instagram y otras aplicaciones, pero también que las investigaciones internas reveladas por el WSJ han encontrado que el origen de problemas de salud para muchas adolescentes está en lo que ven en la red de fotos.

En uno de los estudios internos realizados entre adolescentes estadounidenses y británicas, Facebook encontró que más del 40% de las jóvenes que se veían poco atractivas empezaron a sentirse así en Instagram. Los investigadores hacen notar que, a pesar de esos sentimientos, las adolescentes no dejan necesariamente de usar la red. O quieren, pero no se ven con la capacidad de hacerlo.

“Se sienten adictas y saben que lo que ven es malo para su salud mental, pero se sienten incapaces de parar”, explica uno de los investigadores de Instagram en uno de los documentos. La edad legal de acceso a esta red social es 13 años, pero hace unos meses emergió la posibilidad de que Facebook creara un Instagram para niños. De momento no se ha sabido nada más.

Hace unos meses, Mosseri dijo que el efecto de Instagram sobre el bienestar de los menores era “muy pequeño”. Ahora, preguntado por el Journal, ajustaba sus declaraciones: “De ningún modo quiero infravalorar estos asuntos, algunos de los temas mencionados en la información no están necesariamente muy extendidos, aunque el impacto en la gente sea enorme”.

Los investigadores propusieron que Instagram redujera la exposición a fotos de famosas, productos de belleza y moda y ampliara el contenido de amigos cercanos. Un empleado criticó esa idea en un foro interno de Facebook: “¿Pero no es exactamente eso lo que hace Instagram? ¿No es esa la razón por la que las adolescentes están en la plataforma?”

Los chicos adolescentes también se ven afectados, aunque menos: los investigadores encontraron que un 14% de ellos dicen que Instagram les hace sentir peor.

El senador demócrata por Connecticut (EE UU), Richard Blumenthal, asegura que el peligro creciente para Facebook ante estas revelaciones es que el conocimiento de sus perjuicios y la falta de acción conlleve comparaciones con la industria tabacalera. “Facebook parece que ha sacado una página del manual de la industria del tabaco y apunta a adolescentes con productos potencialmente peligrosos, a la vez que oculta al público lo que dicen sus investigaciones”, afirma.

El problema para Facebook es que en las investigaciones, los menores citan específicamente Instagram como un peligro distinto, y lo separan de TikTok o Snap, cuyo funcionamiento y uso es distinto.

Trato especial para usuarios vip

La magnitud de estas redes sociales es una de las principales dificultades para medir su impacto. Dentro de Facebook viven ese problema a la hora de moderar el contenido. Es imposible que, a pesar del ejército de miles de revisores que tiene, la compañía llegue a ver y decidir sobre miles de millones de publicaciones potencialmente violentas, peligrosas o con contenido delictivo. La compañía se ayuda de software que automatiza muchas de esas decisiones. La investigación del WSJ ha revelado que un enorme grupo de cinco millones de usuarios viven al margen de esos problemas gracias a un programa interno llamado XCheck o Cross check.

La compañía se defiende diciendo que simplemente aplica una segunda capa de verificación de contenidos, pero la realidad es que eso lleva a dar ventaja real a un grupo de usuarios.

EL PAÍS ha preguntado en Facebook España cuántos usuarios españoles hay en esa lista, pero no lo sabían. El informe del Journal revela también que la empresa ha pedido a verificadores de contenido que trabajan con la red social que fiscalicen de manera distinta cuentas de mucha visibilidad. Maldita.es, uno de los verificadores socio de Facebook en España, ha negado categóricamente que eso haya ocurrido. “Nos hubiéramos negado”, ha respondido Clara Jiménez, cofundadora de Maldita, por mensaje.

En Brasil sí ha habido casos, según la investigación. El futbolista Neymar colgó en Instagram desnudos y mensajes de una chica que lo acusó de violación. A pesar de incumplir claramente las normas de comunidad de Facebook, los mensajes se mantuvieron durante un día y fueron vistos por millones de personas. Si no hubiera sido Neymar, hubieran desaparecido mucho antes. La investigación quedó en nada.

En la enorme lista de usuarios vip de Facebook hay todo tipo de famosos, políticos o periodistas que pueden suponer un problema de publicidad para la compañía si airean un caso de “censura” de la red, ya sea por un asunto razonable o por error. En los documentos consultados por el Journal, este problema tiene un nombre: “Incendios de relaciones públicas”.

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