El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha anunciado este sábado que no se presentará como candidato a la vicepresidencia durante las elecciones de 2022 y que abandonará la política una vez concluya su mandato. El dirigente ha hecho pública su inesperada decisión tras acompañar al senador Christopher Bong Go, uno de los políticos más próximos a Duterte, a la Comisión Electoral para que este oficializara su candidatura a la vicepresidencia en sustitución del propio presidente, que se había postulado para el puesto hace varias semanas. “El abrumador sentimiento de los filipinos es que no estoy cualificado y sería una violación de la Constitución pasar por encima de la ley, del espíritu de la Constitución”, ha dicho Duterte, de 76 años, en un breve discurso. “Hoy anuncio mi retirada de la vida política”, ha añadido.
El propio Duterte aceptó públicamente a principios de septiembre la propuesta de su partido, el PDP-Laban, para concurrir a la vicepresidencia en los comicios programados para el próximo mayo, ante la imposibilidad legal de revalidar su mandato. Una intención vista por algunos analistas como una manera de tratar de blindarse ante la justicia después de que el pasado 15 de septiembre la Corte Penal Internacional (CPI) diera luz verde a investigar la guerra contra las drogas, iniciada por Duterte a su llegada al poder. La primera intención del presidente provocó la ira de sus opositores, quienes argumentaban que su candidatura a vicepresidente iba en contra del espíritu de la Constitución de 1987, aprobada después de la dictadura de Ferdinand Marcos.
La guerra contra las drogas, que ha causado miles de muertos durante redadas policiales contra supuestos traficantes y drogadictos, es el legado más sangriento que deja la presidencia de Duterte, mandatario que ha protagonizado numerosas polémicas y fuertes salidas de tono.
El Comité Electoral comenzó el viernes a registrar a los candidatos a participar en las próximas elecciones, donde se elegirá al nuevo presidente —para un mandato único de 6 años—, al vicepresidente —una posición prácticamente ceremonial—, varios senadores y otros puestos menores.
El exboxeador filipino Manny Pacquiao fue el primero en oficializar su carrera por la jefatura de Estado, a la que también está previsto que se postulen el actor reconvertido en político Francisco Domagoso, actual alcalde de Manila, y el antiguo jefe de la Policía Panfilo Lacson. De momento, Sara Duterte-Carpio, hija del actual mandatario, no ha hecho públicas sus intenciones de presentarse a la presidencia, si bien rechazó previamente que fuera a concurrir junto a su padre. Según las encuestas de la agencia Asia-Pulse, Duterte-Carpio es la política que suma más apoyos si finalmente se presenta al puesto. La decisión de su padre despeja el camino a la actual alcaldesa de Davado, quien hasta ahora se había negado a postularse a la presidencia precisamente porque su padre contemplaba la posibilidad de presentarse como vicepresidente en la carrera electoral.
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