Después de 13 años, el pasado 29 de septiembre, por fin, Britney Spears se liberaba de la tutela de su padre. Había pasado un tercio de su vida bajo ella y finalmente se había acabado. La jueza Brenda Penny decidió retirar a Jamie Spears como tutor y nombrar temporalmente a un contable como el tutor legal transitorio de las finanzas de la cantante, al menos hasta el 12 de noviembre, cuando habrá una nueva vista.
Desde el pasado miércoles, Britney Spears, de 39 años, había permanecido prácticamente en silencio. Sus apariciones en redes sociales apenas habían tocado el tema legal que tanto la preocupaba, y lo único que había dicho al respecto era: “Aunque hay cambios y cosas que celebrar, tengo mucho que sanar. Tengo un gran sistema de apoyo y estoy tomándome tiempo para comprender, está bien bajar el ritmo y coger aire. Solo a través del amor propio podré rezar, amar y apoyar a los demás”. Aunque parecía hacer referencias al proceso legal, la cantante pasaba por él de puntillas y sin nombrar ni a su padre ni el caso en concreto.
Eso hasta la noche del lunes. Entonces finalmente decidió hablar de forma más concreta sobre la cuestión de la custodia y sobre todo del apoyo recibido por sus seguidores, que con el movimiento “Free Britney” (Liberad a Britney) y últimamente bajo el lema “Free by Forty” (Libre antes de cumplir cuarenta) han sido implacables tratando de conseguir un cambio de su estatus legal. “El movimiento Free Britney… no tengo palabras”, afirmaba Spears. “Porque por vosotros, chicos, y vuestra constante capacidad de resiliencia para liberarme de mi tutela, ahora mi vida va en esa dirección”, aseguraba la cantante, que ha elegido conscientemente la palabra “liberar”.
“La pasada noche estuve llorando durante dos horas porque mis seguidores son los mejores y yo lo sé. Siento vuestros corazones y vosotros sentís el mío. Lo sé y es verdad”, escribía, junto a un puñado de corazones, tanto en sus perfiles de Twitter —con más de 55 millones de seguidores y donde a mediados de septiembre contó que se iba a tomar “un pequeño descanso” de las redes sociales para salir de ellas apenas una semana— como de Instagram —con 35 millones y donde se muestra más libre, colgando fotografías y vídeos de sus vacaciones o de ella prácticamente desnuda—.
En esa publicación, su prometido, Sam Asghari, se preguntaba: “De cero a Britney, ¿cómo eres de libre?”, junto a un icono de una cara sonriente y otro de un corazón. Nombres conocidos como la cantante Miley Cyrus, la diseñadora Vera Wang o Paris Hilton la han felicitado por ese paso tan importante en su vida, además de muchos fans, que han aplaudido el fin de la custodia legal por parte de su padre.
Este cambio vital para la intérprete de Baby One More Time y Toxic se lleva gestando más de un año. Aunque la cantante llevaba mucho tiempo descontenta con su situación, no fue hasta el verano de 2020 cuando logró regresar a los tribunales para lanzar un alegato en pos de su perdida libertad. Ahí ya sus seguidores empezaron a preocuparse más intensamente por ella, analizando sus inquietantes perfiles sociales y dejando entrever que la cantante, entonces en completo silencio sobre su estado, podría estar lanzando mensajes de ayuda. Entonces, en noviembre del pasado año, ella misma fue quien se plantó, dispuesta a parar su carrera musical si su padre no la liberaba de su tutela.
Pero el gran cambio llegó el pasado mes de febrero, cuando coincidieron dos asuntos de importancia: el primero, la vista sobre su custodia; y el segundo y muy pertinente un documental del diario estadounidense The New York Times donde se repasaba a través de amigos, abogados y colegas de profesión esa década larga de custodia y el sinsentido que suponía que una persona trabajadora e independiente como ella tuviera que rendir cuentas personales, profesionales y económicas ante su padre. Esos dos hechos pusieron el caso de Spears en el ojo público y ahora, ocho meses después, tras un testimonio desolador donde contaba que estaba obligada a llevar un DIU y que estaba triste y deprimida, entre otras revelaciones, con un nuevo abogado elegido por ella misma y con su caso incluso en el Congreso de EE UU, Spears parece que ha conseguido ser libre, al menos, de su padre. Habrá que esperar al 12 de noviembre para observar los próximos plazos de una libertad ya inevitable.