Zuckerberg: “No es verdad que antepongamos los beneficios al bienestar de los usuarios”

Mark Zuckerberg en una conferencia en la Universidad de Georgetown, en Washington en 2019.
Mark Zuckerberg en una conferencia en la Universidad de Georgetown, en Washington en 2019.ANDREW CABALLERO-REYNOLDS (AFP)

Han hecho falta un mes de revelaciones periodísticas y una audiencia en el Senado para que Mark Zuckerberg saliera finalmente, a última hora de la tarde de Estados Unidos, al paso de las acusaciones vertidas contra Facebook por la exempleada Frances Haugen, ingeniera informática que se llevó en mayo al dejar su puesto decenas de miles de documentos internos que demuestran las malas prácticas de la red social. “Se ha difundido la idea de que anteponemos los beneficios de la compañía al bienestar de la gente. Eso, sencillamente, no es verdad”, ha escrito el CEO de la tecnológica en una comunicación interna dirigida a sus trabajadores que ha “querido compartir con todo el mundo” en su página personal. “Estoy seguro de que muchos de vosotros no habéis reconocido la empresa en la que trabajáis en lo que se ha dicho estos días. Porque sabéis que nos preocupan profundamente la seguridad, el bienestar de las personas y su salud mental”.

Las denuncias han llegado este martes al Senado estadounidense, donde han sido recibidas con unánime preocupación por los legisladores demócratas y republicanos, aparentemente de acuerdo en la necesidad de incrementar la regulación sobre las redes sociales. Los papeles de Haugen pintan un panorama según el cual Zuckerberg y los suyos no hacen lo suficiente por impedir la propagación de desinformación, discursos de odio o propaganda antivacunas porque la reacción a esos contenidos que encienden el ánimo de los usuarios provoca adicción, y la necesidad de pasar más tiempo en sus aplicaciones. Y a más tiempo, más rentabilidad. “El argumento de que promovemos deliberadamente contenido que enfurece a la gente con fines de lucro carece de lógica”, dice Zuckerberg en su comunicado, en el que no se refiere a su antigua empleada por el nombre. “Nuestros ingresos provienen de los anuncios, y quienes los ponen nos advierten constantemente de que no quieren aparecer junto a contenidos agresivos”.

Las revelaciones de la garganta profunda de Facebook demuestran también que la red social maneja estudios que indican que su ecosistema empuja a niñas y adolescentes a “los pensamientos suicidas y los desórdenes alimentarios” sin que nadie haga nada por remediarlo. “De todo lo publicado lo que más me preocupa es la parte relativa a la infancia”, responde el fundador de la tecnológica, que tiene más de 3.500 millones de clientes, un 60% de la población mundial con acceso a internet. “He reflexionado mucho sobre la clase de experiencias que yo querría para mis hijos, y creo que es crucial construir un entorno seguro y bueno para la infancia. Es innegable que los chicos usan tecnología, y nosotros queremos liderar ese mercado manteniéndolos a salvo, como hemos demostrado con [el servicio de mensajería] Messenger Kids, que está probado que es mejor opción que otras alternativas que ofrece la competencia”.

Zuckerberg pone en su texto como ejemplo de ese compromiso el hecho de que se “interrumpiera temporalmente” la semana pasada, en plena tormenta causada por las revelaciones de Haugen, la puesta en marcha de un servicio de Instagram para niños (la plataforma no permite a los menores de 13 años abrirse un perfil). Según los datos que maneja el fundador de Facebook, propietario también de Instagram, las adolescentes se encuentran en la red social “con los mismos problemas que ha tenido siempre cualquier chica de su edad”.

El magnate recoge en su escrito el guante de la audiencia del Senado, en el que los partidos han abogado por regular las redes sociales como se hizo con el tabaco. “No creo que las empresas privadas deban tomar todas las decisiones por sí mismas”, escribe Zuckerberg, que el lunes vio cómo su imperio se derrumbaba como un castillo en el aire durante cinco horas, en las que Facebook, Instagram, WhatAapp y Oculus dejaron de funcionar, debido, según las primeras investigaciones, a un fallo humano. “Nosotros hemos pedido esas regulaciones durante varios años. He testificado en el Congreso varias veces y les he instado a que actualicen las normas. He escrito artículos de opinión que describen las áreas legislativas que creemos que son las más importantes relacionadas con los procesos electorales, el contenido dañino, la privacidad y la competencia”.

“Sé que es frustrante ver cómo se denigra la buena labor que hacemos”, concluye el texto de Zuckerberg, “especialmente el de aquellos que trabajáis en seguridad, integridad, investigación y productos. Pero creo que, a largo plazo, si seguimos intentando hacer lo correcto y brindando experiencias que mejoren la vida de las personas, será mejor para nuestra comunidad y para nuestro negocio”.

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