Los clubes de fútbol suelen ser una mala inversión. El Fondo de Inversión Pública (FPI) de Arabia Saudí tal vez haya encontrado una excepción con la adquisición por 305 millones de libras (359 millones de euros) del Newcastle United, un club británico conocido como uno de los “gigantes dormidos” del fútbol.
Tras un largo tira y afloja, la operación ha llegado a buen puerto. Un consorcio liderado por el FPI, que aporta el 80% del capital, ha obtenido el visto bueno de la organización que gestiona el fútbol británico. Las autoridades de la Premier League de fútbol se enfrentaron a presiones para que bloqueara la transacción por las violaciones de los derechos humanos y la presunta piratería de las emisiones televisivas en el reino saudí. Para sortear el problema, la Premier podría considerar al FPI como algo independiente del Estado saudí, aun cuando el príncipe heredero Mohammed bin Salman (MbS) sea el presidente del vehículo de inversión.
La compra de un club de fútbol quizá parezca una inversión frívola por parte del FPI, que tiene la misión de ayudar al país a buscar ingresos al margen del petróleo. Sin embargo, el fondo parece haber obtenido una ganga. Al precio propuesto, el Newcastle valdría 1,7 veces más que sus ingresos en el último ejercicio antes de la pandemia. Dos clubes que se cotizan en Bolsa, el Manchester United y la Juventus, cotizan respectivamente a un múltiplo de 4,1 y 2,1 veces sus ingresos anuales.
Y el club, actualmente propiedad del magnate del comercio minorista Mike Ashley, posiblemente tenga mejores perspectivas que muchos. A lo largo de la última década, el Newcastle ocupa la cuarta posición en el ranking de ingresos acumulados generados entre los 20 equipos que juegan ahora mismo en la Premier League, según el analista Swiss Ramble. Su estadio, St James’ Park, es el octavo más grande del país. Los nuevos propietarios podrían aumentar sus ingresos comerciales: los patrocinios, el merchandising y otras fuentes de ingresos similares solo representan el 15% de las ventas, frente al 44% del Manchester United.
La compra también sirve como vehículo de relaciones públicas para MbS y Arabia Saudí. Una encuesta del Newcastle United Supporters Trust reveló que el 94% de sus miembros apoyaba la adquisición. El dinero saudí puede mirar el ejemplo del accionista mayoritario del Manchester City, el jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan, que también es viceprimer ministro de Emiratos Árabes Unidos, que ha aprovechado para promocionar la aerolínea estatal Etihad Airways, cuyo nombre adorna el estadio del equipo.
Sin embargo, las desventajas para el deporte son claras. El fútbol tendría otro patrocinador estatal con mucho dinero, lo cual distorsionaría la competición. El Manchester City, apoyado por EAU, ha ganado tres de los últimos cuatro títulos de la Premier. El París Saint-Germain, de Qatar, ha fichado recientemente a Lionel Messi, al que muchos consideran el mejor jugador de la historia. La última gran adquisición en el fútbol favorece mucho más a MbS y a Arabia Saudí que al deporte rey.
PARA MÁS INFORMACIÓN: BREAKINGVIEWS.REUTERS.COM Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción es responsabilidad de EL PAÍS
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