Alarmados ante una previsible inyección de liquidez que subvierta los principios del juego limpio financiero, 18 de los 20 clubes que integran la Premier League votaron este lunes a favor de poner una barrera que impida al Fondo Público de Inversiones de Arabia Saudí invertir sin límite en el Newcastle United. Reunidos con carácter extraordinario, todos los delegados menos el del Newcastle y el del Manchester City, otro de los llamados clubes-Estado, votaron a favor de introducir un cambio en el reglamento interno de la Premier, de forma que no se puedan alterar los compromisos de patrocinio previamente adquiridos. Esto, en teoría, impediría que los nuevos dueños del Newcastle rescindan contratos publicitarios para sustituirlos por otros más beneficiosos al amparo de empresas estatales de Arabia Saudí.
Los miembros que integran la Premier pretenden defender las reglas de la libre competencia, amenazadas cuando en los sistemas aparecen clubes cuya propiedad es de carácter estatal. En previsión de que el fondo soberano que compró el Newcastle el pasado 8 de octubre inunde de dinero el club a base de firmar contratos de patrocinio fuera de mercado con empresas estatales de Arabia Saudí, los 18 clubes que han hecho frente común han iniciado un proceso de revisión de las normas constituyentes de la Premier.
Solo el City se abstuvo de votar. Según el periódico The Guardian, el club de Mánchester se mantuvo al margen porque alegó que el proceso que pretendía impulsar la mayoría era ilegal. El City, al igual que ahora el Newcastle, es propiedad de inversores públicos, en este caso el Abu Dhabi United Group, vinculados al Gobierno del emirato. El City actualmente está siendo investigado por la Premier por haber firmado acuerdos que se cree que implican a “partes relacionadas”, una de las tipificaciones del fraude cuando una empresa firma contratos consigo misma a precios fuera de mercado. Uno de los casos que suscitaron el escrutinio de la Premier fue el patrocinio del City por Etihad Airways, la aerolínea de bandera de Abu Dabi.
Los enviados del Newcastle, encabezados por Lee Charnley, denunciaron el cambio de norma propuesto como “anticompetitivo”. Los 19 clubes restantes convocaron la reunión del lunes hace dos semanas, tras conocer que el acuerdo de compra del Newcastle por el fondo saudí se había formalizado contra todas las suposiciones de que contradecían la regulación de la Premier.
Gracias a Boris Johnson
La operación de compra del Newcastle se cerró por 360 millones de euros. Pagó el Fondo Público de Inversiones de Arabia Saudí. Presidido por el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, el fondo cuenta con un gobernador, Yasir Al-Rumayyan, que ahora ha pasado a dirigir al Newcastle.
Cobró Mike Ashley, empresario del sector de la ropa deportiva, hasta entonces el propietario del club, muy resentido por los aficionados debido a su falta de interés en invertir en futbolistas. La sorpresa en el resto de los clubes ingleses fue completa. Los órganos de la Premier encargados de auditar a los aspirantes a adquirir clubes bloquearon el proceso durante 18 meses debido a la sospecha fundada de que, en caso de ser adquirido por los saudíes, el Newcastle pasaría a estar controlado por un Estado autocrático responsable de actuaciones consideradas delictivas en el Reino Unido. Este detalle jurídico impedía la aprobación por la vía ordinaria, hasta que el Gobierno británico intervino para forzar el acuerdo. El Ejecutivo lo ha negado, pero según el Financial Times, el príncipe heredero solicitó a Boris Johnson que desbloqueara el proceso de aprobación, con resultados manifiestos.
Arabia Saudí es uno de los principales compradores de armas del Reino Unido, entre otras importaciones que ascendieron a 8.000 millones de euros en 2020.
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