“¿Dónde está la ministra de Igualdad?”, se han preguntado este sábado en Madrid las mujeres convocadas por la plataforma La fuerza de las mujeres es el futuro de todas, muy críticas con las políticas del departamento que encabeza Irene Montero. Las participantes en la marcha a la que han acudido mujeres en autobuses desde otros puntos de España —2.000 personas, según la Delegación de Gobierno, que las organizadoras han cifrado en 6.000—, han coreado consignas contra la ley trans, critican que España aún no tenga una ley para abolir la prostitución y se muestran contrarias a los vientres de alquiler, que supone que una mujer geste un hijo para terceras personas.
“La impunidad de la violencia machista, la mercantilización, explotación y cosificación de las mujeres, las leyes de identidad de género, la intromisión de las religiones en la vida social, la feminización de la pobreza y de los cuidados y la falta de reconocimiento de las mujeres siguen siendo expresiones de nuestra opresión. Nos oprimen por el hecho de nacer mujeres”, reza el manifiesto de las convocantes, que el viernes presentaron 2.600 firmas en el Congreso con sus peticiones.
La protesta expresa el descontento de una parte del feminismo con las políticas de Montero, especialmente en lo referente a la ley trans. Esta norma (en periodo de tramitación tras ser aprobada por el Consejo de Ministros en junio) incluye la conocida como autodeterminación de género, es decir, que cualquier persona pueda cambiar su nombre y sexo en el registro civil solo con una declaración expresa, a partir de los 16 años (ahora se requiere un informe médico o psicológico y al menos dos años de tratamiento hormonal). Este cambio supone, en opinión de parte del feminismo, la anulación del sexo como realidad biológica y como categoría jurídica, lo que consideran que conduciría a la desprotección de las mujeres, por ejemplo, respecto a la violencia machista.
Yessica Caneo, portavoz de la plataforma La fuerza de las mujeres es el futuro de todas ha explicado que “las leyes que se determinan bajo subjetividades, como la mal llamada ley trans, no proporcionan la igualdad efectiva entre hombres y mujeres”. Para las presentes, toda legislación que ampare el género como identidad borra a las mujeres como sujeto político. Noemí García, que ha venido de Alicante a Madrid para manifestarse, ha asegurado que “ser mujer no es un sentimiento, ni un deseo”. Es “una realidad material”, ha detallado, con una pancarta donde se podía leer que “sexo no es género”. “El sexo nos condiciona, pero lo que nos oprime es el género”, ha resumido.
“Estamos hartas de que nos ninguneen por todas partes. Pretendemos que se nos oiga, que se nos escuche”, ha pedido Malè Chillida, una de las integrantes de la plataforma convocante de la marcha de este sábado en Madrid, cuyo recorrido era de la plaza de Neptuno y la Puerta del Sol. Junto a ella, una compañera añadía: “Es hora de que plantemos cara a los gobiernos que no respetan los derechos conseguidos por las mujeres y por la lucha feminista”.
Las manifestantes han exigido la dimisión de la ministra de Igualdad, Irene Montero, así como la del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como máximo responsable del gobierno y de todas las políticas públicas que afectan a las mujeres. “Hablan de conciliación, de precariedad, de abolición de la prostitución… pero se quedan en palabras. Ni una sola medida”, ha resumido la manifestante. El jefe del Ejecutivo prometió la semana pasada en el congreso del PSOE una ley para abolir la prostitución. Las convocantes le reprochan que en otras ocasiones no ha cumplido esa promesa. En 2018 anunció una ley contra la explotación sexual y la trata que nunca se puso en marcha.
Las demandas incluidas en el manifiesto se han gritado en el Paseo del Prado este sábado y se han leído en la Puerta del Sol, inundada de humo de color morado. Entre las exigencias figuran: el cumplimiento de todos los convenios internacionales que tengan como objeto frenar el “terrorismo machista”; una legislación integral para la abolición de la prostitución, que definen como una “violación pagada”; leyes para la persecución y erradicación de la pornografía, que es la “escuela de la violación”; que nadie pueda reclamar la paternidad de una criatura nacida por vientre de alquiler; la prohibición de técnicas de reproducción asistida como la extracción de óvulos para terceros o los trasplantes de úteros en mujeres vivas; que se acabe con la violencia médica y obstétrica; que se garantice el derecho al aborto; y, que los “deseos individuales o sentimientos” no prevalezcan sobre los derechos de las mujeres. “¡Que no paremos, mujeres, que no paremos!”, han coreado las participantes.