Haití vive en medio de un extraño silencio. La huelga general convocada por los transportistas y el desabasto de combustible han reducido la actividad en las calles a lo mínimo y el bullicio habitual ha sido sustituido por la escasez y el temor. De nuevo, la imagen de la capital es la de las de calles desiertas o gente caminando por los laberínticos caminos de la ciudad intentando conseguir los productos básicos. Mientras tanto, las pandillas confirmaron que mantienen bloqueado el servicio nacional de reparto de gasolina en la terminal de Varreux de Cité Soleil y el poderoso Jimmy Cherisier, alias Barbecue, exigió la dimisión del primer ministro Ariel Henry para levantar la asfixia sobre la capital. Su estrategia golpea ya infraestructuras básicas como la telefonía celular o la precaria red de hospitales que está a punto de dejar de funcionar incluso en atención primaria.
“Las áreas bajo el control del G9 están bloqueadas por una sola razón: exigimos la renuncia de Ariel Henry”, dijo este lunes en una entrevista en Radio Mega el líder de la coalición de pandillas G9 que controla el área metropolitana de la capital. Barbecue dijo que permitirá el paso seguro de los camiones de combustible si Henry deja el cargo. “Si Ariel Henry dimite a las 8.00 am, a las 8.05 desbloquearemos la carretera y todos los camiones podrán pasar a buscar combustible”, dijo el líder mafioso más poderoso del país.
“El primer ministro Ariel Henry debe responder a las demandas de justicia. Él debe responder porque habló el día que fue asesinado Moïse con Joseph Badio Felix”, dijo en referencia al que es considerado por la Policía Judicial como el autor intelectual del magnicidio. “Estamos teniendo una batalla política. Somos un grupo político armado”, advirtió.
Sus declaraciones confirman cómo las pandillas han asumido un papel cada vez más político tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio. Barbecue ha dicho que Henry debe “responder a las preguntas” que lo vinculan con el asesinato del mandatario. Precisamente el primer ministro Henry fue denunciado por la viuda de Moïse como parte del asesinato aunque este ha negado cualquier implicación. “Después de su renuncia, participaremos en la seguridad del país, comenzando por nuestras zonas. Nadie podrá secuestrar en nuestros vecindarios”, señaló en la entrevista.
La escasez de combustible que dura ya varios días ha dejado a los haitianos con pocas opciones de transporte y ha obligado al cierre de algunas empresas. Los hospitales, que dependen de generadores diésel para garantizar la electricidad debido a los apagones constantes, también podrían cerrar en las próximas horas. La situación ha añadido más tensión y problemas a una población que lucha por salir adelante en un contexto de inseguridad que tuvo su punto álgido la semana pasada tras el secuestro de un grupo de 16 misioneros estadounidenses, un canadiense y su chofer haitiano.
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La agencia de las Naciones Unidas para la infancia, Unicef, dijo el domingo que había negociado las entregas de combustible a los hospitales haitianos, pero que el proveedor se negó a realizar las entregas, alegando condiciones de seguridad. Mientras tanto, son muchas las voces que exigen la creación de un corredor de seguridad que garantice de alguna manera que pueda empezar a circular la gasolina. Es probable que se pierdan vidas si las entregas de combustible no llegan a los hospitales de inmediato, advirtió el domingo el coordinador humanitario interino de la ONU en el país, Pierre Honnorat, en un comunicado.
“El país cada día va un poco más abajo. He tardado casi dos horas en llegar a pie al trabajo y tendremos que cerrar si no llega pronto la gasolina. El aire acondicionado ha dejado de funcionar y estamos administrando la energía para intervenciones médicas básicas”, dijo este martes una enfermera de una clínica del barrio Petion Ville.
A pesar del estrangulamiento que se vive, actualmente el país tiene 150.000 barriles de diésel y 50.000 barriles de gasolina en diferentes terminales bloqueadas. La asociación de hospitales privados de Haití, que brinda más del 70% de la atención de emergencia y hospitalaria a la población, ha lanzado “un grito de alarma al gobierno“, señalando una “situación dramática”. Un total de 100.000 barriles de diésel y gasolina abastecerían las necesidades de combustible de Haití de cinco a siete días, dijo Marc Andre Deriphonse, director de la asociación de propietarios de estaciones de servicio del país, ANAPROSS.
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