Mientras una caravana con miles de extranjeros avanza por México, las tensiones en el norte el país crecieron cuando autoridades irrumpieron en un campamento de migrantes, a pocos días de que Estados Unidos reabra su frontera común con la nación latinoamericana.
La semana pasada, una nueva caravana de migrantes inició en Chiapas. Muchos de ellos se dirigen a Ciudad de México, pero otros han dicho que a ciudades fronterizas como Tijuana, que alberga el improvisado campamento de El Chaparral, donde la noche del jueves migrantes reclamaron el inesperado ingreso de unos 120 efectivos de seguridad.
La caravana, principalmente de mujeres y niños centroamericanos, avanzaba el viernes desde el poblado de Acacoyagua, Chiapas, a casi 80 kilómetros del punto de partida, ante un fallido acuerdo con autoridades migratorias que les ofrecieron visas humanitarias a cambio de parar, según testigos de Reuters.
Foto: Reuters
Irineo Mujica, uno de los líderes de la movilización, explicó que los viajeros rechazaron el trato con el Instituto Nacional de Migración (INM) de México debido a incumplimientos en el pasado, cuando han sido detenidos e incluso deportados. El INM dijo a Reuters que no tenía información al respecto.
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La frontera terrestre entre Estados Unidos y México será reabierta el 8 de noviembre para ciudadanos extranjeros completamente vacunados contra Covid-19, tras haber sido cerrada para actividades no esenciales por la pandemia de coronavirus por más de un año.
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En Tijuana, autoridades iniciaron la noche del jueves un operativo para contabilizar a la gente del campamento El Chaparral, generando fricciones con los migrantes cuando comenzaron a tirar a la basura casas de campaña que asumieron vacías, y otros artículos.
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En videos transmitidos en vivo vía Facebook se observaron a migrantes protestar contra la medida implementada por el municipio de Tijuana. Algunos entraron a un camión recolector de basura para recuperar sus pertenencias.
La alcaldesa de la ciudad, Montserrat Caballero, dijo el viernes que el operativo fue para hacer un censo de personas y tomar medidas, no para desalojarlos. “Vamos a hacer una campaña para retirar a la gente que esté cometiendo delitos al interior del campamento (y) a la gente que se quiera regresar a su país de origen los vamos ayudar”, dijo. (Rts)
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