Israel, uno de los primeros países en cerrar sus puertas al inicio de la pandemia, ha reabierto este lunes su mayor vía de acceso —el aeropuerto de Tel Aviv– a los turistas individuales, aunque bajo estrictas medidas de control. Tras casi 20 meses de clausura a cal y canto, los extranjeros no residentes podrán volver a entrar en territorio israelí siempre y cuando demuestren estar completamente vacunados o haber superado la covid-19 con anterioridad, aporten una PCR negativa efectuada en las 72 horas previas y se sometan a otra prueba de detección a su llegada, para lo que tendrán que aislarse a la espera de recibir el resultado. Si esta resulta positiva, deberán permanecer en cuarentena durante 10 días, corriendo con los gastos de un hotel sanitario bajo control del Ejército.
El Ministerio de Sanidad israelí solo concederá el Pase Verde (pasaporte covid digital) ―que permite acceder a hoteles, restaurantes, museos o centros de ocio o deportivos― a los visitantes que cumplan las rigurosas condiciones. No se permitirá el paso de personas vacunadas hace más de seis meses que no hayan recibido una tercera inyección de refuerzo (o la segunda, en el caso de inoculaciones de una sola dosis), que solo se aplican por ahora a grupos de riesgo o personas de edad avanzada en varios países, como España. También estarán vetados los menores de 12 años, para los que aún no se cuenta con un programa de inmunización en marcha. Aquellos que violen las normas de viaje o falsifiquen pruebas y certificados sanitarios corren el riesgo de ser deportados y ver denegada su entrada al país entre tres y cinco años.
La complejidad del procedimiento para los turistas individuales, que fue aprobado el jueves por el Gobierno, ha provocado situaciones de caos en aeropuertos de origen, donde cientos de pasajeros fueron rechazados por las aerolíneas, según informó el diario Haaretz, ya que las compañías habían recibido la información sobre las condiciones de viaje en la noche anterior y aún no habían actualizado sus sistemas. Los grupos organizados de turistas, que se mueven en una cápsula separada de la población local, ya contaban con permiso de las autoridades en las últimas semanas, dentro de un programa experimental de recuperación del sector turístico. Para sus integrantes no se exige que la vacunación haya sido aplicada hace menos de seis meses.
La vicealcaldesa de Jerusalén Fleur Hassan-Naoum, responsable municipal de relaciones internacionales y turismo, calificó de “desastrosa” la implantación de las nuevas reglas en una videoconferencia con periodistas extranjeros. La representante municipal considera que, en medio de la “confusión” reinante, la medida supone en realidad una “reapertura parcial” de fronteras. Israel introdujo el pasado verano la inyección de refuerzo con la vacuna de Pfizer-BioNTech, la única aplicada en el país, para combatir la ola de contagios de la variante delta antes de que fuera aprobada por las agencias del medicamento de EE UU y la UE. A partir de octubre la ha exigido para conceder el Pase Verde a los inmunizados desde hace más de seis meses.
Peregrinaciones a Tierra Santa
El Estado judío batió el récord de visitantes en 2019, con más de 4,5 millones de viajeros en un sector económico que representa un 6% del Producto Interior Bruto, un porcentaje que se eleva hasta el 30% en ciudades como Jerusalén. El levantamiento de la prohibición de viaje se produce ante el inicio de la campaña de peregrinaciones navideñas, una de las más importantes para el turismo en Tierra Santa junto con la Semana Santa y la Pascua judía. El presidente de la Asociación de Hoteles de Jerusalén, David Tucker, confirmó también en un encuentro digital con corresponsales internacionales que ya había reabierto el establecimiento que dirige, el hotel Ramada, después de haber permanecido cerrado prácticamente durante toda la pandemia. El 80% de los visitantes de la Ciudad Santa proceden del exterior del país.
Israel aceptará a los viajeros inmunizados con todas la vacunas reconocidas por la Organización Mundial de la Salud. Además, incluirá a partir del próximo día 15 a los inyectados con el antídoto Sputnik, de fabricación rusa, tras la reciente visita del primer ministro israelí, Naftali Bennett, al presidente ruso, Vladímir Putin. Sin embargo, los turistas inyectados con Sputnik tendrán que someterse también a una prueba serológica para comprobar si están protegidos por anticuerpos contra la covid-19 antes de poder salir del aislamiento. Los contagios por coronavirus están batiendo récords ahora en Rusia, donde durante el mes de octubre se han registrado un millón de nuevos casos.
Tailandia y Australia también levantan restricciones
Tailandia también ha abierto este lunes sus fronteras, según informa Reuters, a los turistas procedentes de 60 países. Estados Unidos tiene previsto levantar las restricciones de entrada a partir del día 8. Y Australia, uno de los países que con más firmeza cerró sus fronteras ante la crisis sanitaria, ha suavizado este lunes sus restricciones a los viajes, por primera vez desde el inicio de la pandemia: millones de ciudadanos australianos, que estén vacunados, podrán viajar libremente y reunirse con sus familias, sin necesidad de guardar cuarentena al llegar. La medida se limita por ahora a ciudadanos australianos, residentes permanentes y sus familiares, pero es un primer paso en un plan para reabrir el país a turistas y trabajadores extranjeros.
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