CaixaBank ha vendido la totalidad de la participación del 9,92% que tenía en el austríaco Erste Bank Group por un importe de 1.503 millones de euros, lo que supone un impacto positivo en su cuenta de resultados de 54 millones de euros brutos. La entidad asegura que esta operación le permite incrementar el ratio de capital CET 1 en 0,16 puntos.
CaixaBank entró en el accionariado de Erste en 2008, en plena crisis financiera, y llegó a tener como consejero al número dos de la entidad, Juan María Nin. Entonces era la gran apuesta de la entidad para crecer en el centro y el este de Europa, donde Ernst tenía una buena posición. Ahora, según comentó Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, en la presentación de resultados del tercer trimestre, la estrategia es mantenerse en los bancos que puedan gestionar, que solo es el caso del BPI de Portugal.
La salida de CaixaBank de Erste se ha realizado, por un lado, mediante una colocación acelerada del 5,42% del banco austríaco dirigida a inversores institucionales. En concreto, ha vendido 23,3 millones de acciones de Erste a un precio de 38 euros por título, es decir, por un total de 885,4 millones, según ha informado la entidad a la CNMV.
“Era un banco ganador”
En paralelo a este proceso de venta, CaixaBank ha liquidado físicamente sus posiciones de contrato de permuta con relación a sus aproximadamente 19,3 millones de acciones de Erste Group, equivalentes al 4,5% del accionariado. De este modo, CaixaBank ha liquidado completamente su participación en Erste Bank donde poseía el 9,92% de los derechos de voto a través de acciones y derivados.
Hace días, ante los medios, Gortázar defendió que Erste Group es un banco “muy bueno, ganador, de los poquísimos en Europa que cotiza por encima de su valor contable”, y que tiene “buenas perspectivas y está bien situado”. Pese a haber sido “un magnífico compañero de viaje”, el banco español ha decidido salir de su accionariado por “una decisión estratégica”.
Además del Erste, CaixaBank mantiene una posición similar en el Banco de Fomento de Angola (BFA). En la última presentación de resultados, Gortázar recordó que la estrategia de desinversión se adoptó hace años, cuando el grupo tenía inversiones minoritarias en “buenos bancos” como Inbursa en México o el Bank of East Asia de Hong Kong y decidió venderlas “porque solo queremos estar en entidades que podamos gestionar. Si no, no debemos estar”, comentó. En el caso de Erste, dijo que este banco sigue manteniendo “buenos resultados desde el punto de vista financiero”, pero que no se había dado hasta ahora la ocasión para vender.
La razón de la estrategia es que cuando la entidad participada va bien, obtienen unos escasos beneficios, en proporción a su pequeña participación, pero si llegan los problemas, los supervisores pueden reclamarles grandes ayudas para rescatar a su socio y llegan los problemas graves.
En el caso de la participación en Telefónica, Gortázar descartó su venta porque, dijo, no rige la misma estrategia al no ser entidad financiera y porque mantiene una “relación muy estrecha” con la operadora en otros negocios, como el crédito al consumo o el negocio de renting. “En Telefónica no hay ninguna intención de desprendernos”, afirmó.
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